La distancia entre Juan Carlos I y Felipe VI es más que solo física. Los problemas entre padre e hijo se habrían agudizado en las últimas semanas por un tema especialmente sensible: el estado mental del rey emérito. A sus 87 años, Juan Carlos se sigue viendo rodeado de rumores y los últimos días las especulaciones van sobre una presunta pérdida de facultades cognitivas.
Sin embargo, aunque él lo ha desmentido con firmeza, parece que le está resultando incómodo que la información trascienda. Según EN Blau, el entorno del emérito considera que estas filtraciones van más allá de simples rumores, más bien serían parte de una operación estratégica con origen en Zarzuela.
De acuerdo con fuentes cercanas al exjefe de Estado citadas por el medio mencionado, él cree que su propio hijo estaría valiéndose de terceros —personas del entorno de confianza de Felipe VI— para filtrar información que pondría en duda sus capacidades cognitivas. Y lo más grave, es que lo estaría haciendo con el propósito específico de desacreditar por adelantado las memorias que Juan Carlos I tiene previsto publicar este verano bajo el título Reconciliación.
1Juan Carlos I y la sombra de una supuesta campaña orquestada por Felipe VI

Durante las últimas semanas, diversos medios del país han hecho eco de episodios relacionados con una supuesta demencia senil de Juan Carlos I. Se estaría hablando de olvidos frecuentes, momentos de desorientación y dificultad para reconocer a personas, incluso cercanas a él. También se habría afirmado que, en encuentros privados, no lograría mantener la coherencia en ciertas conversaciones. El periodista Diego Arrabal ha escrito recientemente: «Casa Real le habría intervenido las llamadas por miedo a que dijera algo comprometedor».
Esta información, sumadas a su dependencia a dispositivos como bastón, audífonos o silla de ruedas, han dado pie que se proyecte sobre él una imagen de fragilidad cada vez más acentuada. Pero desde Abu Dabi, donde reside desde su salida de España en 2020, Juan Carlos I habría salido a negar estas afirmaciones. Su entorno ha insistido en que, aunque tiene los signos propios de la edad, conservaría plena conciencia y capacidad para analizar la situación política institucional y su papel en ella.