La tranquilidad que intenta proyectar la Casa Real en torno a las hijas de Felipe VI y Letizia se habría visto alterada por una serie de señales que han encendido las alarmas respecto a la princesa Leonor. En medio de su proceso de formación, ahora en Blas de Lezo, como heredera al trono, se ha difundido que la hija mayor de los Reyes podría estar siendo tratada por los síntomas iniciales de una condición neurológica que afecta desde hace años al Rey Felipe VI, según ha detallado EN Blau.
Aunque no hay confirmación oficial del diagnóstico de la princesa Leonor, las medidas adoptadas y el seguimiento médico que recibe la futura heredera al trono, apuntan a una preocupación concreta y bien fundamentada. La situación médica de la princesa Leonor ha generado una especial atención dentro del entorno de Zarzuela, pero también en Blas de Lezo. Aunque no hay confirmación oficial ni un diagnóstico categórico, las señales clínicas que se estarían manifestando han sido suficientes para activar un protocolo de seguimiento intensivo.
1Leonor restaría recibiendo tratamiento preventivo ante síntomas sospechosos

Según fuentes cercanas al entorno médico de Zarzuela citados por EN Blau, la princesa Leonor estaría bajo tratamiento preventivo para controlar los primeros síntomas de un trastorno que ha acompañado al Rey Felipe VI durante gran parte de su vida. Se trata de la narcolepsia, una condición neurológica crónica que afecta los mecanismos que regulan el sueño y la vigilia. En el caso del monarca, este trastorno supuso una dificultad permanente en su etapa escolar, marcada por episodios de sueño involuntario en momentos de estudio.
En el caso de Leonor, los indicios, aparentemente, no han sido tan evidentes ni se han presentado con la misma intensidad que en su padre. No obstante, algunas conductas anómalas captaron la atención del equipo que la acompaña en Blas de Lezo. Comentarios sobre desconexiones en las clases, un cansancio frecuente e inexplicable o períodos de somnolencia fuera de lo habitual despertaron inquietud durante su formación. Inicialmente, se vinculó con el ritmo exigente de su agenda militar, pero las similitudes con el historial de Felipe VI han hecho que se activen los protocolos preventivos.