Con la llegada del calor y el verano, no solo sufrimos nosotros: nuestros perros también lo pasan mal con las altas temperaturas. Por eso existen una serie de consejos útiles para cuidar de nuestros compañeros peludos durante el verano.
Porque su limitada capacidad para regular la temperatura corporal los hace especialmente sensibles a los golpes de calor, especialmente en las ciudades, y es preciso seguir algunas pautas que nos ayuden a mantenerlos hidratados y a salvo.
EL CALOR DEL VERANO TAMBIÉN LO SUFREN, Y MUCHO, NUESTROS PERROS
Evitar paseos en las horas más calurosas y optar por sacarlos a la calle al amanecer y al atardecer, es fundamental. En las ciudades, el pavimento absorbe mucho calor, y esto puede resultar desagradable para ellos. Las almohadillas de los perros les ayudan a mantener el equilibrio y amortiguan sus pasos.

Todo, además, de proteger los huesos y articulaciones de sus patas y contribuir a regular su temperatura corporal. Antes de sacarlos a la calle, conviene hacer la prueba de los 5 segundos y comprobar si podemos mantener nuestra mano en el suelo durante ese tiempo, para así calibrar si la temperatura es soportable. De lo contrario podría provocarles quemaduras y lesiones dolorosas.
ES IMPORTANTE IDENTIFICAR UN GOLPE DE CALOR DE NUESTRO PELUDO Y COMO EVITARLO
Pero, ¿cómo identificar un golpe de calor? Lo primero que ocurre es que la temperatura corporal del animal aumenta de manera repentina, lo que provoca que respire mucho más rápido de lo habitual y necesite abrir mucho la boca. En ocasiones, también puede sufrir temblores, jadeos, vómitos y estar desorientado o tener la lengua muy roja.
Si se da esta situación, el primer paso a dar es llevar al animal a un sitio a la sombra y preferiblemente fresquito. No es conveniente echarle agua muy fría, pero sí mojarle poco a poco en zonas como la cabeza, las axilas y el cuello. La temperatura normal de los perros y gatos ronda los 38,5°C, mientras que en un golpe de calor puede pasar incluso de 40ºC a 43ºC.
LA ‘REGLA DE LOS 5 SEGUNDOS’, PONER LA MANO EN EL ASFALTO Y AGUANTAR
Ha sido incluso la Policía Nacional la que ha explicado la ‘regla de los cinco segundos’, una prueba fiable que demostraría si hace demasiado calor o no para ellos. Esta consiste en poner la palma de la mano en el asfalto durante cinco segundos.
«Si consigues aguantar sin problema no pasa nada«, dicen, «pero si nos quemamos y no aguantamos quiere decir que el suelo está demasiado caliente y puede dañar las pezuñas de nuestras mascotas«, explican.

Los perros no tienen la capacidad de expresar el dolor de la misma manera que los humanos y las quemaduras en las almohadillas de sus patas pueden ser dolorosas, difíciles de tratar y, en algunos casos, requerir atención veterinaria urgente.
LAS ALTAS TEMPERATURAS PODRÍAN CAUSAR QUEMADURAS EN LAS ALMOHADILLAS DE SUS PATAS
Expertos en salud animal coinciden con la recomendación de la Policía. El asfalto puede alcanzar temperaturas superiores a los 50 grados en días de calor intenso, especialmente en zonas urbanas donde la radiación solar se acumula en el pavimento. Esta temperatura es suficiente para causar quemaduras en pocos minutos de exposición.
En estos casos, debemos buscar lugares a la sombra o el césped para pasear con nuestros compañeros peludos, ya que estarán a una temperatura más baja y no correrán peligro de dañar sus patitas.
SIEMPRE LLEVAR AGUA FRESCA Y ESTAR ATENTO AL PASEO DE NUESTRO PERRO
Y, por supuesto, siempre debemos llevar agua fresca con nosotros para facilitársela cada poco tiempo, siendo una buena opción los bebederos portátiles que también se utilizan para los viajes y que mantienen el agua fría.
Por último, si notamos que durante el paseo nuestro peludo jadea mucho o se quiere parar, es posible que sea porque tiene calor. Además de proporcionarle agua fresca, es recomendable que le mojemos las patitas, el hocico y las axilas, ya que son las zonas por las cuales son capaces de regular mejor su temperatura y que les ayudarán a refrescarse.
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