Especial 20 Aniversario

Fíjate en este detalle, el truco para elegir el mejor aguacate de Mercadona y que no te salga pocho por dentro

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Conseguir el aguacate de Mercadona perfecto es a menudo un ejercicio de fe, una lotería en la que, demasiadas veces, el premio gordo resulta ser una decepción blanda y oxidada. Todos hemos pasado por ese momento de expectación al abrirlo en casa, listos para preparar un guacamole o añadirlo a una tostada, solo para encontrarnos con un interior marrón y estropeado que acaba directamente en la basura, tirando dinero y frustrando nuestros planes culinarios más sencillos. Es un pequeño drama doméstico, pero uno muy real para quienes apreciamos esta fruta cremosa y versátil en nuestra dieta diaria.

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Pero, ¿y si existiera una forma sencilla, un detalle sutil que los expertos y los amantes de los aguacates conocen bien, para minimizar drásticamente el riesgo de llevarse a casa un ejemplar pocho? Un pequeño gesto en el propio puesto de la frutería, antes de meterlo en la cesta, que puede marcar la diferencia abismal entre la gloria de un aguacate maduro y sedoso y el fracaso absoluto de uno inservible por dentro. Existe, y dominarlo te ahorrará muchos disgustos y te garantizará siempre la calidad que buscas en tu próxima compra de esta apreciada fruta.

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MÁS ALLÁ DEL TACTO: LAS PISTAS QUE SÍ IMPORTAN AL ELEGIR TU EJEMPLAR

Tradicionalmente, el consejo más extendido al elegir un aguacate ha sido el de apretar suavemente la fruta para sentir su firmeza, buscando ese punto medio que no esté ni duro como una piedra (lo que indica que aún le faltan días de maduración en casa) ni excesivamente blando (clara señal de que está pasado). También se suele mirar el color, buscando ese tono verde oscuro que solemos asociar con la madurez ideal en variedades como la Hass. Sin embargo, estos métodos, aunque útiles como punto de partida y como primera criba rápida, no garantizan al cien por cien que el interior esté en perfectas condiciones, libre de las temidas fibras negras, de podredumbre o de zonas oxidadas por dentro. Son guías generales que te dan una idea aproximada, pero no son el veredicto final sobre el estado real y la calidad interna del ejemplar que tienes en la mano.

El aguacate, como muchas frutas, tiene sus propios secretos y señales discretas que nos hablan de su estado interno sin necesidad de cortarlo por la mitad y arruinarlo si está mal. Hay un pequeño indicador natural que la propia fruta nos ofrece de forma visible y que es la clave definitiva para saber si está en su punto óptimo para consumir, maduro y cremoso, o si, por el contrario, está aún verde o ya pasado. Observar y entender la información que nos da esta pequeña parte concreta del aguacate es el paso definitivo que realmente diferencia al comprador informado que rara vez falla del que se arriesga a la suerte en cada intento de compra. Es una técnica muy sencilla de aplicar, pero que requiere saber dónde mirar exactamente y, sobre todo, qué interpretación correcta darle a lo que se ve en ese punto específico de la fruta antes de decidir si va a la cesta o se queda en el expositor.

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