Porque no todas las noticias son malas y porque los libros y la lectura siempre son positivos. Después de años de incertidumbre y recortes, el sector editorial en España celebra un hito histórico, la facturación ha superado los 3.000 millones de euros, volviendo a cifras que no se veían desde antes de la crisis de 2008. Según el último Informe de Comercio Interior del Libro elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), el mercado alcanzó los 3.037 millones en 2024, lo que supone un crecimiento del 6,3% respecto al año anterior, vamos que los españoles están leyendo mucho más que antes. Este avance no solo representa una recuperación económica, sino también una señal de vitalidad cultural.
El fenómeno ha sido tan destacado que editores de otros países europeos lo han bautizado como “el fenómeno español”. A lo largo de once años consecutivos, la industria del libro en España ha experimentado una subida acumulada del 39,2% (una extraordinaria noticia para el país). Esta evolución sostenida desafía la creencia popular de que cada vez se lee menos y apunta hacia un interés renovado por la lectura entre la población, especialmente entre los jóvenes. La lectura, lejos de extinguirse, parece estar adaptándose con fuerza a nuevos formatos y hábitos e incluso a nuevos nichos de mercado (edades, sexo, e incluso clase social, etc).
El crecimiento se apoya en el volumen, no en el precio del libro

Uno de los aspectos más llamativos del crecimiento editorial en España es que no se debe a un encarecimiento de los libros, sino a una mayor cantidad de ejemplares vendidos. En 2024 se alcanzaron los 194,5 millones de unidades, un 5,6% más que en 2023. Mientras tanto, el precio medio apenas varió (otra extraordinaria noticia para los lectores), 14,69 euros por ejemplar, apenas tres céntimos más que el año anterior. Esto sugiere una estrategia orientada a la accesibilidad y a fomentar el hábito de compra regular.
A nivel de producción, el sector lanzó 87.542 nuevos títulos, con un crecimiento tanto en papel (59.758 títulos) como en formato digital (27.784). Sin embargo, la tirada media bajó un 1,9%, situándose en 3.517 ejemplares por título. Esta menor tirada, compensada por un mayor número de títulos, más buenas noticias para España, parece indicar una diversificación de la oferta más que una concentración en superventas.
El formato digital y el audiolibro consolidan su espacio

Aunque el libro en papel sigue siendo el rey con una gran mayoría del mercado, los formatos digitales han comenzado a consolidarse con fuerza (que al final no plantea un problema, al contrario, es un sinónimo de que las nuevas generaciones tienen un medio para seguir leyendo). En 2024, el libro digital facturó 165,5 millones de euros, un 14,9% más que el año anterior, con un total de 18,42 millones de descargas. El precio medio también bajó, pasando de 9,7 a 9 euros, lo que sugiere una estrategia orientada al volumen de ventas y a hacer frente a la piratería mediante precios competitivos.
Por su parte, los audiolibros experimentaron un crecimiento espectacular del 40%, alcanzando los 9,38 millones de euros en facturación. Este formato, que permite compatibilizar la “lectura” con otras actividades, se está consolidando como una opción muy atractiva para nuevos perfiles de lectores. En este contexto, el sector ha entendido la importancia de diversificar formatos, un aspecto al que han sabido sacar provecho,para adaptarse a un consumidor más conectado, más móvil y con nuevas necesidades de consumo cultural.
Ficción adulta e infantil: los géneros que tiran del carro

El informe destaca que la ficción para adultos lidera las ventas, con 709 millones de euros facturados en 2024, lo que representa un aumento del 14%. Le sigue la literatura infantil y juvenil, con un crecimiento del 10,9% hasta alcanzar los 551 millones. La no ficción, por su parte, también presenta una subida destacada del 7%, llegando a los 909 millones de euros, mientras que el cómic incrementó sus ventas un 5%, con 70 millones facturados.
Este dinamismo también se refleja en el ámbito digital, donde los mismos géneros presentan subidas aún más fuertes, la ficción para adultos creció un 18,6%, la infantil y juvenil un 17,7% y la no ficción un 15,9% (todas buenas noticias, este género ha logrado calar entre los adultos). Incluso categorías tradicionalmente más discretas como la poesía vieron aumentos, tanto en formato físico como digital. Estos datos reflejan que el lector español no solo compra más libros, sino que está dispuesto a explorar distintos géneros y formatos.
Librerías físicas y exportación: pilares del ecosistema

A pesar del auge del comercio electrónico, las librerías físicas siguen siendo el canal de venta más fuerte del sector (otra extraordinaria noticia para el sector, ya que estaba destinado a desaparecer), concentrando el 58,2% de la facturación total. Esto se traduce en unos 1.660 millones de euros en ventas. Las librerías independientes crecieron un 8% respecto al año anterior, mientras que las cadenas lo hicieron un 2,2%. El vínculo cultural y emocional que muchas personas mantienen con estos espacios sigue siendo un motor clave de su resistencia.
En el plano internacional, las exportaciones del libro español también mostraron señales positivas, con un crecimiento del 1,16% hasta alcanzar los 381 millones de euros. México, Francia, Argentina, Italia y Reino Unido destacan como los principales destinos. Esto demuestra que la industria editorial española no solo se ha fortalecido internamente, sino que también mantiene un papel relevante en el mercado global. La literatura nacional sigue cruzando fronteras con fuerza, vamos que son solo buenas noticias para la segunda planta.
¿Renacimiento cultural o simple éxito comercial?

La recuperación del sector editorial plantea una cuestión de fondo: ¿estamos ante un verdadero renacimiento cultural o simplemente frente a un boom de mercado? (esperemos que el interés por la lectura de los españoles sea genuina y que las nuevas generaciones mantengan la llama por muchos años más. Aunque las cifras no dan respuesta definitiva, sí permiten un enfoque optimista. El incremento de ventas, el aumento de títulos y la expansión de formatos parecen ir acompañados de una mayor diversidad y de un interés renovado por la lectura. Incluso los barómetros de hábitos de lectura apuntan a una población más lectora, especialmente entre los jóvenes de 14 a 24 años.
No obstante, todavía quedan dudas por despejar. ¿Se está publicando más ensayo o sigue dominando la novela comercial? ¿Se consolidarán los audiolibros como una opción a largo plazo o son una moda pasajera? ¿Sobrevivirá la poesía más allá del nicho? A pesar de estos interrogantes, el mensaje es claro: el libro en España no solo ha sobrevivido a las crisis, sino que ha resurgido con fuerza, y eso, en los tiempos que corren, ya es una excelente noticia.