Renovar el carnet de conducir es, para muchos, un simple trámite rutinario. Sin embargo, desde la Dirección General de Tráfico (DGT), este proceso está siendo observado con una nueva lupa: la de la salud. Lo que antes se resolvía con rapidez y sin sobresaltos, ahora puede verse condicionado por enfermedades, tratamientos o incluso el uso de medicamentos que, según el organismo, pueden suponer un riesgo al volante.
Y es que, aunque a menudo lo pasamos por alto, conducir exige mucho más que habilidad: requiere reflejos ágiles, mente clara y una coordinación física y mental que se puede ver alterada por ciertas condiciones clínicas. Por eso, la DGT ha endurecido sus requisitos, especialmente para quienes desean renovar el permiso de clase B, y ha definido nuevas pautas que todos los conductores deben conocer.
3Las enfermedades más delicadas

Entre los grupos más delicados se encuentran los trastornos psiquiátricos. Enfermedades como la demencia, la depresión grave, la ansiedad o el trastorno por déficit de atención pueden llevar a la suspensión del permiso si no existe un informe médico que garantice estabilidad clínica. La dependencia de sustancias también es motivo de restricción inmediata.
Por último, las enfermedades cardíacas y degenerativas completan la lista de afecciones revisadas por la DGT. En el primer caso, afecciones como las arritmias, infartos previos o la implantación de marcapasos exigen controles exhaustivos y una evaluación continua de la evolución clínica. En cuanto a las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, Parkinson o ELA, la DGT suele imponer restricciones estrictas por el deterioro progresivo que afectan funciones motoras y cognitivas esenciales para la conducción.