Desde tiempos ancestrales, la humanidad ha valorado ciertos alimentos no solo por su sabor o propiedades nutricionales, sino también por su simbolismo. En la Biblia, la almendra figura como un “alimento preciado que se da de regalo”, según se relata en el libro de Génesis. Hoy, siglos más tarde, ese mismo fruto ha sido reivindicado por la ciencia moderna. La Universidad de Harvard la destaca como una joya de la nutrición que ofrece múltiples beneficios para la salud, especialmente la cardiovascular.
Pero la almendra no es solo un símbolo espiritual o un ingrediente gastronómico: es un auténtico superalimento que ha logrado traspasar las fronteras del tiempo y las culturas. Su inclusión en las dietas actuales no es casualidad. Especialistas en nutrición la recomiendan como un aliado cotidiano por su extraordinario perfil nutritivo y su impacto en el bienestar general.
3Corazón contento: el rol de la almendra en la salud cardiovascular

Si hay un sistema que agradece particularmente la inclusión de la almendra en la dieta, es el cardiovascular. Diversos estudios citados por Harvard han demostrado que este alimento tiene un impacto directo en la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas.
El motivo es simple, pero poderoso: las almendras disminuyen el colesterol total y el LDL, mejor conocido como colesterol “malo”. Además, sus esteroles vegetales interfieren con la absorción del colesterol y los ácidos biliares, haciendo que el cuerpo los elimine en lugar de almacenarlos.
Como si esto fuera poco, las grasas insaturadas que contiene —especialmente cuando se consumen en lugar de grasas saturadas o carbohidratos refinados— ayudan a mejorar el perfil lipídico del organismo. Es decir, ajustan los niveles de grasas en sangre de una manera más saludable y sostenible.
Y aún hay más: ensayos clínicos demostraron que una ingesta general de nueces, incluida la almendra, contribuye a reducir la inflamación, mejorar la salud de los vasos sanguíneos y disminuir la resistencia a la insulina, un factor clave en la prevención de la diabetes tipo 2. Todo esto hace que este alimento no sea solo recomendable, sino prácticamente indispensable para cualquier dieta equilibrada.