En el mundo de la nutrición, los paradigmas están cambiando. Atrás quedaron los días de dietas restrictivas que prometían milagros a cambio de sacrificios extremos. Hoy, la ciencia y la experiencia de los profesionales de la salud apuntan hacia un enfoque más amable y sostenible. En el centro de este cambio, la saciedad, la frescura y la elección consciente de los alimentos se convierten en pilares fundamentales y Mercadona parece estar un paso adelante de la competencia en este aspecto.
Desde las redes sociales, un nutricionista español ha despertado la atención al compartir su selección personal de productos de Mercadona ideales para quienes desean adelgazar sin sufrir. Su propuesta es clara: no hace falta pasar hambre para perder grasa, basta con saber elegir bien lo que comemos. A continuación te contaremos cuáles son los productos destacados por el nutricionista. ¡No te lo pierdas!
3Snacks que sacian sin remordimientos: cuando el placer también es salud

Uno de los grandes retos en cualquier plan de adelgazamiento es lidiar con el hambre emocional y los impulsos de picoteo. Frente a esto, el nutricionista propone alternativas que ofrecen satisfacción sin sabotear el objetivo de perder grasa.
En este sentido, los pepinillos en vinagre de Mercadona se alzan como una opción destacada. Con apenas 19 calorías por cada 100 gramos, estos encurtidos pueden formar parte de aperitivos saludables y crujientes. Eso sí, el especialista hace una advertencia: conviene elegir aquellos sin azúcares añadidos y controlar la frecuencia de consumo por su contenido en sal.
Las claras de huevo —disponibles en Mercadona en formato pasteurizado, listas para cocinar— también ocupan un lugar destacado en su estrategia. “Las utilizo absolutamente para todo”, asegura el nutricionista. Desde tortillas hasta tortitas proteicas, pasando por revueltos o bases de pizza saludables, las claras son un ingrediente versátil, bajo en calorías y alto en proteínas.
Además, las claras no solo sacian, sino que favorecen la recuperación muscular y el mantenimiento del tejido magro durante el proceso de pérdida de grasa, algo esencial para evitar el temido “efecto rebote”.