Especial 20 Aniversario

Viaja en el tiempo: este pueblo medieval catalán, con su puente asombroso, es tu puerta a un cuento de hadas real

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Caminar por las calles empedradas de Besalú equivale a retroceder varios siglos en el tiempo. Este pueblo medieval catalán, situado en la comarca de la Garrotxa, representa uno de los conjuntos arquitectónicos más extraordinarios de la península ibérica, donde cada piedra susurra historias de épocas pasadas. La magia que desprende su entramado urbano no surge únicamente de su belleza arquitectónica, sino de la perfecta conservación de un legado que ha desafiado el paso de los siglos.

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La primera impresión al divisar Besalú desde la distancia resulta sobrecogedora. El imponente puente románico fortificado se alza como guardián eterno sobre las aguas del río Fluvià, creando una postal que parece extraída directamente de los libros de cuentos medievales. Esta construcción del siglo XI no solo constituye la entrada natural al casco histórico, sino que simboliza el umbral entre la modernidad y un pasado que permanece vivo en cada rincón de esta joya gerundense.

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SANT PERE: LA JOYA ROMÁNICA QUE CORONA LA VILLA

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La iglesia de Sant Pere constituye el epicentro espiritual de Besalú y uno de los ejemplos más sublimes del románico catalán. Construida entre los siglos X y XII sobre los restos de un templo prerrománico, esta construcción basilical de tres naves presenta una fachada occidental que fascina por su monumentalidad y riqueza decorativa. El rosetón central, enmarcado por arquivoltas profusamente ornamentadas, domina una composición arquitectónica que combina sobriedad estructural con delicadeza ornamental.

El interior del templo revela la maestría de los canteros medievales a través de sus capiteles historiados y sus columnas de fuste monolítico. La girola o deambulatorio, elemento poco frecuente en el románico catalán, permite la circulación de peregrinos alrededor del presbiterio, evidenciando la importancia devocional que alcanzó este pueblo medieval catalán durante los siglos centrales del Medievo. Los restos pictóricos que aún se conservan en algunos muros testimonian la riqueza decorativa original del templo, cuando policromías brillantes complementaban la belleza pétrea de la arquitectura.

La cripta de Sant Pere, recientemente restaurada y abierta al público, constituye uno de los espacios más emocionantes del conjunto monumental. Esta construcción subterránea, con su bóveda de cañón y sus arcos fajones, albergaba las reliquias más veneradas del monasterio y servía de lugar de enterramiento para los miembros más destacados de la comunidad monástica. La atmósfera recogida de este espacio, apenas iluminado por las pequeñas ventanas que se abren al exterior, transporta al visitante a los momentos más íntimos de la devoción medieval.

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