Especial 20 Aniversario

Salif Keita, la ‘Voz dorada de África’, llevará los sonidos del Sahel a Madrid

Mañana 8 de junio de 2025 a las 20:30h, el legendario músico maliense Salif Keita, conocido mundialmente como la “Voz Dorada de África”, ofrecerá un concierto único en el UMusic Hotel Teatro Albéniz de Madrid como colofón del Universal Music Festival 2025.

Publicidad

Los días de Salif Keita, la «Voz de Oro de África», no le pertenecen. Inmerso en la vorágine de las demandas de un icono nacional, su tiempo se consume entre llamadas y visitas improvisadas de amigos y vecinos en busca de un favor. Sin embargo, es bajo el manto de la noche donde el artista recupera su verdadera esencia, un reino íntimo que le es mucho más propio que el ajetreo diurno.

Al caer la oscuridad, Keita se retira a su estudio Moffou. Allí, en el patio que él mismo concibió, se sumerge durante horas bajo la luna, acompañado únicamente por su guitarra. Para aquellos privilegiados que han sido testigos, estos momentos son pura magia, la manifestación más auténtica de su genio. No se trata de un simple escape de la rutina; estas sesiones nocturnas son su proceso natural de composición. Casi todas sus canciones nacen así: en la soledad, con la repetición de un riff o un acorde simple que, con el tiempo, germina en una idea, se transforma en melodía y, finalmente, da voz a las palabras. En la brisa nocturna, Keita y su guitarra dan vida a una belleza singular, un «jardín secreto» de bocetos que luego se orquestarían para grandes bandas, al estilo de Fela Kuti o James Brown.

Salif Keita
Salif Keita (Fuente: Agencias)

ÁLBUM EN SOLITARIO

La idea de grabar un álbum en solitario con su guitarra siempre había sido impensable para Keita, y cualquier sugerencia al respecto era rotundamente rechazada. «No soy guitarrista, uso la guitarra para componer», solía decir, o «Todos se aburrirán». Parecía que, solo con su guitarra, se sentía expuesto, desnudo. Así, sus serenatas a la luz de la luna permanecieron confinadas a los muros de su patio y la intimidad de su corazón.

Con el tiempo, y tras innumerables conciertos, comenzó a incluir piezas en solitario en sus actuaciones, casi como una necesidad vital. «Incluso en una multitud, si no tengo una guitarra, me siento solo», confiesa. Este instrumento lo transporta a su juventud, a la época en que, como descendiente albino del emperador Sundiata Keita, desafió las convenciones mandingas que consideraban la música un deshonor para el linaje noble. El precio fue alto: el rechazo paterno, el abandono de su aldea y una vida errante por las calles de la capital, sobreviviendo gracias a su voz y una guitarra improvisada.

El joven que soñaba con ser maestro se convirtió, por azares del destino, en un «rockero errante». Su guitarra lo conecta ineludiblemente con esos años difíciles, que también fueron de crecimiento artístico y personal. Cada nota rasgueada evoca rostros y lugares que le brindaron cobijo. Para Keita, la gratitud es un pilar fundamental del código de honor mandinga, y él nunca olvida. La guitarra es más que un instrumento; es un mundo entero.

489338956 1057814196386674 4914656728448855206 N
Salif Keita (Fuente: Universal Music)

«SO KONO»: EL ÁLBUM QUE ROMPIÓ BARRERAS

Fue necesaria una circunstancia excepcional para que Salif Keita aceptara finalmente el reto de cantar solo con su guitarra. La fotógrafa Lucille Reyboz, organizadora del festival Kyotophonie en Japón, lo invitó a actuar en un trío junto a otros artistas del sello Nø Førmat!. Veinte años después de que Reyboz fotografiara el crucial álbum Moffou (2002), se reencontraron en un templo zen. Lejos de las incesantes demandas de Bamako, Keita se sintió en plenitud. «Nunca había tocado en un lugar con tanta carga espiritual», afirmó. Rodeado de árboles susurrantes y la reconfortante presencia de amigos que lo acompañaron en el renacimiento de Moffou, Keita estaba, por primera vez, listo para grabar en un formato íntimo y acústico.

El resultado es So Kono, grabado en la privacidad de su habitación de hotel en Japón, a veces acompañado por el ngoni de Badié Tounkara y la percusión de Mamadou Koné. El título, que se traduce como «En la casa» y, por extensión, «su parte más íntima, la habitación», encapsula la esencia del álbum. No solo la habitación del hotel japonés, sino la propia habitación de Salif, cuyo techo estrellado y la luz de la luna resuenan con la sinceridad inaudita de su voz. Este álbum sin precedentes en su carrera es un testimonio de la belleza cruda y profunda que emerge cuando el artista se desnuda ante su instrumento y su arte.

Publicidad

El Universal Music Festival se enorgullece de cerrar su edición 2025 con este espectáculo íntimo, donde la música no solo se escucha: se siente. Un viaje sonoro y espiritual que nos invita a entrar en la habitación más sagrada de Salif Keita: la de su alma.

Publicidad