Dormir no es solo un lujo de los fines de semana: es una necesidad biológica tan importante como los alimentos que consumimos o respirar. En un estilo de vida saludable, el descanso nocturno ocupa un lugar privilegiado, y no solo porque nos ayuda a recuperar energías, sino porque durante esas horas de silencio el cuerpo trabaja para mantenernos en pie al día siguiente.
Según el National Institutes of Health (NIH), mientras dormimos, el cerebro consolida recuerdos, se eliminan toxinas y se equilibran funciones clave del sistema inmunológico y metabólico. Pero ¿qué pasa cuando ese sueño se vuelve esquivo? ¿Y si la respuesta estuviera no solo en contar ovejas, sino en contar los alimentos que ponemos en nuestro plato?
4Los alimentos que Harvard recomienda tener siempre en casa

Si bien todos los ingredientes de la dieta mediterránea tienen su papel, algunos alimentos destacan por su impacto directo sobre el descanso. Según los especialistas, estos son los imprescindibles:
- Kiwi: Rico en antioxidantes, serotonina y vitaminas C y E. Se ha demostrado que comer dos kiwis una hora antes de dormir puede mejorar la duración y calidad del sueño.
- Jugo de cereza ácida: Fuente natural de melatonina. Un vaso diario ha sido asociado con mejoras en el insomnio.
- Pescado graso (como el salmón): Aporta vitamina D y ácidos grasos omega-3, que regulan la serotonina.
- Leche tibia: Contiene triptófano y calcio, ambos importantes en la síntesis de melatonina.
- Nueces: Fuente vegetal de melatonina, magnesio y grasas saludables.
- Aceite de oliva virgen extra: Aporta polifenoles antioxidantes que reducen la inflamación y ayudan a un sueño más profundo.
Incluir estos alimentos de forma diaria —en el marco de una alimentación equilibrada— no solo nos hará dormir mejor, sino que también contribuirá a nuestro bienestar integral.