La búsqueda del cuidado personal se ha convertido en parte esencial de nuestras rutinas, y las mascarillas faciales con arcilla han ganado un lugar privilegiado en el neceser de muchos. Sin embargo, un reciente informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha encendido las alarmas al detectar metales pesados en la composición de la mayoría de estas mascarillas vendidas en España.
Con una investigación rigurosa basada en 21 productos disponibles en supermercados, parafarmacias y tiendas especializadas, la OCU ha dejado al descubierto una situación preocupante que plantea preguntas urgentes sobre la seguridad de lo que nos aplicamos en la piel.
1Un análisis revelador: 19 mascarillas con metales pesados
Cuando uno piensa en arcilla, la primera imagen que viene a la mente suele ser la de un ingrediente natural, ancestral, asociado al bienestar y la purificación. Pero como señala la OCU en su reciente investigación, la naturaleza también puede esconder riesgos si no se aplica con criterios técnicos estrictos.
La organización ha analizado mediante espectrometría de masas un total de 21 mascarillas de arcilla comercializadas en España. El resultado fue más inquietante de lo esperado: 19 de ellas contenían metales pesados como plomo y arsénico en niveles que se consideran técnicamente evitables. Es decir, aunque su presencia no es deliberada, se podría reducir si existieran controles más exigentes.
Este hallazgo de la OCU no ha pasado desapercibido, especialmente porque afecta tanto a marcas de bajo coste como a firmas reconocidas. Entre las señaladas figuran nombres conocidos como Caudalie y Kiko Milano, que superan los valores de referencia establecidos por organismos europeos como la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) o su equivalente alemana, la BVL (Oficina Federal de Protección del Consumidor y Seguridad Alimentaria).
Solo dos productos se salvan en este análisis: la mascarilla SOS de Les Cosmétiques (marca blanca de Carrefour) y la Black Face Mask de Ziaja, que logran mantenerse por debajo de los umbrales considerados seguros.
