Especial 20 Aniversario

Estos tres alimentos silenciosamente están destruyendo tus riñones

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A menudo damos por hecho que nuestros riñones funcionan como un reloj suizo. Sin embargo, este par de órganos discretos y silenciosos trabajan sin descanso para filtrar desechos, regular la presión arterial y mantener en equilibrio los minerales esenciales del cuerpo. Lo sorprendente es que muchos de los problemas renales no aparecen de un día para otro, sino que se desarrollan lentamente, a menudo como consecuencia de consumir ciertos alimentos.

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Así lo explica el médico nefrólogo Gabriel Lapman, autor del libro “Más zapatillas, menos pastillas”, quien advierte que la enfermedad renal crónica raramente camina sola: suele ser la secuela de otras patologías que, en gran medida, se originan en el plato. Y lo más preocupante es que ciertos alimentos comunes —esos que muchas veces consideramos prácticos e inofensivos— pueden convertirse en los enemigos silenciosos de nuestros riñones.

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Refrescos: dulces, burbujeantes y peligrosas

Refrescos: dulces, burbujeantes y peligrosas
Fuente: Agencias

Pocas bebidas generan tanta devoción como los refrescos. Las hay para todos los gustos: cola, naranja, lima-limón. Sin embargo, tras ese sabor agradable y ese chispeante burbujeo, se esconde un cóctel que puede dañar gravemente la salud renal.

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos han identificado al fósforo artificial como uno de los ingredientes más nocivos que contienen estas bebidas. Este aditivo no solo se acumula en el organismo con el tiempo, sino que, al hacerlo, interfiere con la capacidad del cuerpo para procesar correctamente minerales esenciales. El resultado: daño progresivo a los riñones.

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Un estudio titulado “La ingesta dietética de fósforo y el riñón” confirmó que el fósforo en exceso, especialmente cuando proviene de fuentes artificiales, se asocia directamente a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica. Pero el fósforo no es el único problema. Las gaseosas también están cargadas de sodio y azúcares, dos elementos que pueden desestabilizar la presión arterial, aumentar el riesgo de diabetes y acelerar el deterioro renal.

En otras palabras, cada vez que abrimos una lata de refresco, no solo estamos ingiriendo una bebida. Estamos introduciendo un alimento con potencial tóxico para uno de nuestros órganos más vitales. ¿La alternativa? Aguas saborizadas caseras, infusiones naturales y, por supuesto, agua pura, el mejor aliado para mantener sanos nuestros riñones.

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