Especial 20 Aniversario

Paisaje Positivo aboga por una jardinería sostenible

Victor Mesa Ruiz Paisajista Urbano

Una nueva mirada al jardín: sostenibilidad, creatividad y diversión al servicio del paisaje


En la actualidad una nueva tendencia en diseño de jardines y paisajismo está comenzando a ganar terreno entre aficionados y profesionales. Los riesgos derivados de la crisis climática y los retos ambientales actuales han impulsado una forma de entender el jardín más conectada con el entorno natural, apostando por la sostenibilidad y la adaptación climática de los espacios verdes sin perder de vista la dimensión lúdica y funcional. 

Alejada de las fórmulas más tradicionales de diseño, esta tendencia promueve una jardinería más libre y responsable, que armoniza la dimensión creativa con la utilización de especies autóctonas y un uso eficiente del agua. Sus principios: menos mantenimiento, más biodiversidad, y una experiencia totalmente única para quien se anima a practicarla.

«Estamos sorprendidos por la cantidad de personas que están dejando de ver su jardín como un lugar puramente ornamental. Ahora comienza a ser un espacio para la experimentación, donde poder aprender y conectar con la naturaleza con mayor profundidad», explica el fundador del estudio de paisajismo Paisaje Positivo, que desarrolla desde hace años proyectos de jardinería basados en la adaptación al medio y el uso sostenible de los recursos.

Uno de los fundamentos de este nuevo modelo es la xerojardinería, una técnica basada en el uso de plantas adaptadas a climas secos y que requieren poco riego. Esta práctica, cada vez más extendida en zonas amenazadas por la sequía, no solo reduce el consumo de agua, sino que además permite crear jardines resilientes, atractivos y repletos de vida. «Cuando eliges bien las especies y piensas en el conjunto como un ecosistema, el jardín pasa a otro nivel», señalan desde el estudio.

Esta propuesta alternativa anima a romper con las reglas del jardín perfecto para poder desarrollar nuevas combinaciones, encontrar texturas y ciclos de floración rompedores y proponer nuevas posibilidades estéticas. Se trata de experimentar con el diseño, de reservar un espacio para la sorpresa y aceptar que la belleza también está en lo inesperado, en lo silvestre.

Desde esta perspectiva, iniciativas como Paisaje Positivo impulsan una visión más consciente del diseño de jardines, donde lo estético no está reñido con lo ecológico. La intención no es imponer un estilo, sino dar espacio a maneras más personales, sostenibles y auténticas de entender el paisaje.

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Con pequeños cambios —como sustituir césped por plantas nativas, favorecer hábitats para polinizadores o reducir el uso de fertilizantes—, esta nueva jardinería demuestra que se puede lograr mucho con poco. Y que cuidar el entorno también puede ser un acto creativo del que disfrutar.

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