Durante las últimas dos décadas, la conversación sobre la masculinidad se ha transformado. Ahora, cuando hablamos de hombría no solo se refiere a roles sociales, sino también de hormonas. En especial, la testosterona, en los últimos años, ha ganado protagonismo en redes sociales, medios y consultas médicas. «El hombre moderno es débil, afeminado e inseguro». «La testosterona mantiene al hombre vivo y dominante», son frases que se repiten insaciablemente en redes sociales y demuestran una severa obsesión creciente: la supuesta caída en picado de los niveles de testosterona como símbolo de una masculinidad en crisis.
El fenómeno de la testosterona en hombres no es menor: hay una creciente preocupación entre el sexo masculino que aseguran haber perdido fuerza, energía, deseo sexual o incluso su «esencia masculina». La exagerada obsesión por la caída de testosterona está tomando fuerza, especialmente en España, donde cada vez más hombres buscan respuestas médicas a lo que antes se atribuía al estrés o a la edad. En TikTok, algunos creadores de contenido como @hipermusculados prescriben soluciones surrealistas o un tanto mágicas que van desde masticar jengibre crudo hasta duchas heladas o abstinencia sexual. ¿Qué hay detrás de este pánico hormonal?
4¿Qué hacer si hay un desbalance hormonal?

Cuando los niveles de esta hormona están realmente alterados, el tratamiento puede incluir terapia hormonal sustitutiva. Pero no es solo aplicar una inyección y resolver el problema. Antes del tratamiento, se deben hacer análisis clínicos que evalúen los niveles hormonales y otros indicadores. Malos hábitos como el estrés, sedentarismo, insomnio y una alimentación deficiente pueden incurrir en la disminución de la testosterona. Algunos cambios pueden tener relevancia positiva sin necesidad de supervisión médica.
La caída de testosterona es un tema muy común en la actualidad, especialmente entre hombres preocupados por su salud, pero sobre todo, por cómo son percibidos en la sociedad. Lejos de ser un problema diminuto, este fenómeno es el reflejo de una transformación creciente sobre lo que significa ser hombre hoy. La solución está en entender que el bienestar hormonal es un tema de salud, y no tiene que ver con la identidad.