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La caída de la testosterona y la nueva masculinidad en España, según expertos

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Durante las últimas dos décadas, la conversación sobre la masculinidad se ha transformado. Ahora, cuando hablamos de hombría no solo se refiere a roles sociales, sino también de hormonas. En especial, la testosterona, en los últimos años, ha ganado protagonismo en redes sociales, medios y consultas médicas. «El hombre moderno es débil, afeminado e inseguro». «La testosterona mantiene al hombre vivo y dominante», son frases que se repiten insaciablemente en redes sociales y demuestran una severa obsesión creciente: la supuesta caída en picado de los niveles de testosterona como símbolo de una masculinidad en crisis. 

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El fenómeno de la testosterona en hombres no es menor: hay una creciente preocupación entre el sexo masculino que aseguran haber perdido fuerza, energía, deseo sexual o incluso su «esencia masculina». La exagerada obsesión por la caída de testosterona está tomando fuerza, especialmente en España, donde cada vez más hombres buscan respuestas médicas a lo que antes se atribuía al estrés o a la edad. En TikTok, algunos creadores de contenido como @hipermusculados prescriben soluciones surrealistas o un tanto mágicas que van desde masticar jengibre crudo hasta duchas heladas o abstinencia sexual. ¿Qué hay detrás de este pánico hormonal?

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¿Qué es realmente la testosterona, para qué sirve y por qué la obsesión?

La obsesión por los niveles de testosterona 
La obsesión por los niveles de testosterona | Fuente: Pexels

Es una hormona que se produce principalmente en los testículos. Los estudios han señalado que es una hormona indispensable en el desarrollo masculino desde la pubertad. Según Howard E. LeWine, internista del Brigham and Women’s Hospital y editor de Harvard Men’s Health Watch, la testosterona regula funciones como el crecimiento del vello corporal y facial, el tono de voz, el deseo sexual, la producción de esperma y la masa muscular y otros aspectos. También mantiene influencia directa en el estado de ánimo, la fuerza ósea y la salud general del hombre.

¿Cuál es el problema entonces? El dilema aparece cuando los niveles de la testosterona se alteran. No se trata solo de sentirse cansado o de perder deseo sexual. Una baja de esta hormona puede provocar pérdida de masa muscular, debilidad ósea, problemas de concentración, irritabilidad e incluso depresión. El internista de Brigham and Women’s Hospital y editor de Harvard Men’s Health Watch aclara que «es posible que los adolescentes con muy poca testosterona no experimenten una masculinización normal. Por ejemplo, es posible que los genitales no se agranden, que el vello facial y corporal sea escaso y que la voz no sea grave con normalidad». Aunque esta hormona también está presente en mujeres —producida en los ovarios—, en los hombres tiene un papel mucho más influyente, especialmente en lo relacionado con los rasgos físicos y sexuales.

«Cada día detectamos un mayor interés por los temas relacionados con la testosterona», afirma Marcelino Gómez Balaguer, endocrinólogo de la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) consultado por El Español. «Es, sobre todo, la gente joven la que se muestra más interesada y aparece como motivo de consulta cada vez con mayor frecuencia».

Los datos científicos respaldan parcialmente esta preocupación: un estudio en The Journal of Sexual Medicine analizó a 4.000 jóvenes estadounidenses entre 1999-2016, dando como resultado que los nacidos en décadas recientes poseían menos testosterona que sus predecesores. Otra investigación de 2007 ya había detectado un declive del 17% en hombres de 65 años en comparación con sus iguales de 1987.

«Se podría concluir que los hombres de hoy tenemos menos testosterona que los de ayer, en un declive de aproximadamente el 0,5% anual», estima el Dr. Gómez Balaguer, citado por el medio mencionado previamente. Pero la causa sigue siendo un misterio para la ciencia.

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