Aunque el yogur lleva décadas consolidado como símbolo de salud digestiva, existe un alimento que, poco a poco, le está robando el protagonismo en las neveras de quienes buscan bienestar sin renunciar al sabor. Se llama tempeh, tiene miles de años de historia, es una bomba natural de probióticos y proteínas, y, pese a su origen ancestral, se presenta hoy como uno de los productos más modernos de la cocina saludable.
Con una textura firme, un sabor ligeramente a nuez y un valor nutricional que sorprende, este alimento está conquistando paladares en todo el mundo. Si aún no lo conoces, en este artículo contaremos qué es, por qué es tan beneficioso para la salud digestiva y cómo incorporarlo fácilmente en tus platos.
3Probióticos en acción: ¿por qué el tempeh mejora la digestión?

Uno de los grandes temas de interés en nutrición en los últimos años ha sido el rol de la microbiota intestinal. En este contexto, los probióticos han pasado de ser una tendencia a una necesidad: son microorganismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades adecuadas, aportan beneficios concretos para la salud.
Y aquí es donde el tempeh se gana su lugar de estrella. A diferencia de los suplementos o productos enriquecidos, este alimento contiene probióticos de manera natural gracias a su proceso de fermentación. Estos microorganismos no solo ayudan a mantener el equilibrio de las bacterias intestinales, sino que pueden contribuir a mejorar la digestión, reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico.
Los expertos aseguran que, al tratarse de una fermentación controlada, los beneficios del tempeh no dependen de añadidos artificiales. Es, literalmente, un alimento vivo que trabaja desde dentro para mejorar el bienestar digestivo. Además, su digestibilidad es notablemente superior a la de la soja sin fermentar. Durante el proceso, se descomponen los antinutrientes que dificultan la absorción de minerales, lo que lo convierte en un alimento aún más funcional.