Aunque el yogur lleva décadas consolidado como símbolo de salud digestiva, existe un alimento que, poco a poco, le está robando el protagonismo en las neveras de quienes buscan bienestar sin renunciar al sabor. Se llama tempeh, tiene miles de años de historia, es una bomba natural de probióticos y proteínas, y, pese a su origen ancestral, se presenta hoy como uno de los productos más modernos de la cocina saludable.
Con una textura firme, un sabor ligeramente a nuez y un valor nutricional que sorprende, este alimento está conquistando paladares en todo el mundo. Si aún no lo conoces, en este artículo contaremos qué es, por qué es tan beneficioso para la salud digestiva y cómo incorporarlo fácilmente en tus platos.
2Un perfil nutricional que sorprende: rico, completo y con pocas calorías
Uno de los grandes atractivos del tempeh es su impresionante perfil nutricional. Según datos recogidos en el blog gastronómico Bon Viveur, 100 gramos de este alimento aportan alrededor de 200 calorías, 20 gramos de proteína vegetal y cantidades nada despreciables de hierro, calcio y magnesio.
Esto significa que, a diferencia de muchas otras fuentes de proteína vegetal, el tempeh no solo cumple con los requerimientos de aminoácidos esenciales, sino que además incluye minerales fundamentales para el funcionamiento del cuerpo. Un solo plato con tempeh puede cubrir entre el 11 y el 15 % de la ingesta diaria recomendada de calcio y hierro. Y eso no es todo: también es fuente de zinc, fósforo, manganeso y vitaminas del grupo B, especialmente B2, B3 y B6, esenciales para el metabolismo energético y la salud del sistema nervioso.
Además, al no contener colesterol y ser bajo en grasas saturadas, este alimento resulta adecuado para quienes buscan cuidar su salud cardiovascular. Se trata, sin lugar a dudas, de una opción ideal tanto para deportistas como para quienes siguen dietas hipocalóricas o simplemente quieren mantener una alimentación equilibrada.
