Las etiquetas de la DGT (Dirección General de Tráfico), darán un vuelco tal y como las conocemos. Esto es algo que se desprende de las palabras del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la sesión de control celebrada en el Senado. Y lo harán, especialmente, por el empuje y la presión de las diferentes organizaciones, como la de los ecologistas y la de la OCU.
Según afirmó el miembro del Ejecutivo, la revisión de la clasificación de los vehículos está sobe la mesa, pero el Gobierno solo la abordará «cuando los expertos nos pongan sobre la mesa ese acuerdo y cuenten con el aval de los sectores implicados.
LA PRESIÓN DE LAS ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS EMPUJAN A UNAS ETIQUETAS DE LA DGT MÁS JUSTAS
Ocho organizaciones enfocadas a la protección del medioambiente y a la movilidad sostenible han recordado al ministro Marlaska que «llevan más de cinco años exigiendo la reforma de este sistema«.
Ante estas declaraciones, organizaciones ambientales y sus especialistas le han recordado esta larga espera de cinco años exigiendo la reforma del sistema de etiquetas ambientales de la DGT en los vehículos que circulan por nuestro país. El comunicado está firmado por Ecodes, ClenCities, Greenpeace, Ecologistas en Acción, T&E, Cecu, Ecounión y Fundación Renovables.

Estas nuevas etiquetas DGT buscan mejorar la clasificación de los vehículos en función de su impacto ambiental, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones.
La OCU ha criticado, en reiteradas ocasiones, el criterio de otorgación de los distintivos porque no tiene en cuenta las emisiones reales de los vehículos y acaba siendo injusto. El problema estriba en que Tráfico los da según el tipo de motorización y el año de matriculación.
Esto genera casos tan paradójicos como que hay coches superpotentes que por el mero hecho de equipar hibridación suave (mild hybrid) lucen el distintivo ECO, mientras que otros de gasolina que contaminan menos deben conformarse con la pegatina C.
En este sentido, según un estudio realizado por OPUS-RSE, empresa especializada en monitorización de emisiones del tráfico en tiempo real, el NOx de los vehículos clasificados como ECO y Cero es el más bajo puesto que emiten, aproximadamente, un 68% menos que los vehículos con etiqueta C.
Sin embargo, los vehículos híbridos con etiqueta Cero emiten diez veces más HC (hidrocarburos no quemados) y los ECO más del doble de PM (partículas), que los C. Por su parte, las emisiones de CO (monóxido de carbono) son similares en los vehículos con estos tres tipos de etiquetas.
UN NUEVO DISTINTIVO EXCLUSIVAMENTE PARA COCHES VERDADERAMENTE SIN EMISIONES
La OCU pide, además de que se modifique el sistema de etiquetas para ajustarlo a las emisiones reales, medidas como que las ayudas a la compra de vehículos de bajas emisiones se cobren de forma directa, que se promueva el renting barato de coches eléctricos urbanos, que se construyan parkings disuasorios, gratuitos y bien conectados con el centro en los límites de las ZBE, y que se permita a los coches sin etiqueta entrar un determinado número de veces al año en las ZBE, algo que ya contempla el nuevo reglamento de vehículos históricos.

Si nos remontamos a 2021, estas mismas organizaciones propusieron una modificación de las etiquetas medioambientales que finalmente no vio la luz. Su planteamiento apostaba por un modelo más riguroso, basado en las emisiones reales, la tecnología del vehículo, las normativas Euro y el ciclo de uso.
Según esta propuesta, la etiqueta Cero de la DGT debería aplicarse únicamente a vehículos verdaderamente sin emisiones. Asimismo, sugerían introducir una nueva etiqueta ‘D’, de color morado, que reemplazaría a la actual ECO. Esta estaría destinada a vehículos de combustión, incluidos híbridos enchufables, híbridos convencionales y de gas, y coches de gasolina (Euro 5 y 6) o diésel (Euro 6d) que emitan un máximo de 95 g/km de CO₂.