Luis Enrique se ha consolidado como uno de los técnicos más destacados del fútbol europeo tras ganar con el Paris Saint-Germain la Champions League, la primera en la historia del club francés.
La contundente victoria 5-0 frente al Inter de Milán en Múnich no solo significó un título, sino que también confirmó un proyecto sólido y una filosofía ganadora.
El entrenador asturiano, siempre polémico para la prensa, demostró que su método funciona y dejó un mensaje claro sobre el futuro del equipo y del fútbol.
6Un homenaje personal que emocionó a todos

La victoria en Múnich tuvo un componente muy emocional para Luis Enrique. En honor a su hija Xana, fallecida en 2019 por un cáncer agresivo, el entrenador lució una camiseta que recrea una imagen histórica de 2015, cuando celebró la Champions League con el Barcelona junto a ella.
«Yo no necesito ganar una Champions para recordar a mi hija, está siempre presente,» declaró conmovido. Este gesto humano fue un recordatorio del lado más personal y sensible detrás del éxito deportivo.