En un momento en que la obesidad amenaza con convertirse en una epidemia global, cada alimento que elegimos cobra un nuevo significado. Y entre ellos, el aceite de oliva —estrella indiscutible de la dieta mediterránea— empieza a brillar con fuerza renovada. Más allá de su sabor inconfundible y su papel en la cocina tradicional, científicos y nutricionistas lo señalan ahora como un superalimento en la lucha contra el exceso de peso.
La clave no está en dietas milagro ni en fórmulas mágicas, sino en incorporar con inteligencia ciertos ingredientes que, como el aceite de oliva, ofrecen beneficios demostrados. Estudios recientes revelan que su consumo moderado puede contribuir no solo a reducir la grasa abdominal, sino también a mejorar marcadores de salud general. ¿Puede realmente este superalimento ayudarnos a adelgazar? La ciencia comienza a inclinar la balanza a su favor.
3La dieta mediterránea y el aceite de oliva

El aceite de oliva es un componente esencial de la dieta mediterránea, reconocida por sus beneficios para la salud. Esta dieta se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, y un bajo consumo de carnes rojas y productos procesados.
Un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III mostró que una dieta mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal o la circunferencia de la cintura en comparación con las personas que siguen una dieta baja en grasa. Además, la dieta mediterránea ha sido elogiada por investigadores por su capacidad para mejorar la memoria y la flexibilidad cognitiva, promoviendo el desarrollo de bacterias intestinales beneficiosas.