En un momento en que la obesidad amenaza con convertirse en una epidemia global, cada alimento que elegimos cobra un nuevo significado. Y entre ellos, el aceite de oliva —estrella indiscutible de la dieta mediterránea— empieza a brillar con fuerza renovada. Más allá de su sabor inconfundible y su papel en la cocina tradicional, científicos y nutricionistas lo señalan ahora como un superalimento en la lucha contra el exceso de peso.
La clave no está en dietas milagro ni en fórmulas mágicas, sino en incorporar con inteligencia ciertos ingredientes que, como el aceite de oliva, ofrecen beneficios demostrados. Estudios recientes revelan que su consumo moderado puede contribuir no solo a reducir la grasa abdominal, sino también a mejorar marcadores de salud general. ¿Puede realmente este superalimento ayudarnos a adelgazar? La ciencia comienza a inclinar la balanza a su favor.
2Beneficios adicionales del superalimento nacional
Más allá de su impacto en la pérdida de peso, el superalimento ofrece múltiples beneficios para la salud. Un estudio de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard reveló que la inclusión de aceite de oliva en la dieta puede reducir en un 29% el riesgo de mortalidad por enfermedades neurodegenerativas, un 19% por afecciones cardiovasculares, un 18% por enfermedades respiratorias y un 17% debido al cáncer.
Además, reemplazar 10 gramos de grasas como mantequilla o margarina por aceite de oliva puede conllevar una reducción del riesgo de mortalidad en un rango que oscila entre el 8% y el 34%. Este superalimento también es conocido por su capacidad para mejorar la salud del corazón, lo que podría contribuir indirectamente a mantener la salud cerebral. Los antioxidantes presentes en el aceite de oliva pueden atravesar la barrera sangre-cerebro, teniendo un impacto directo potencial en la cognición.
