Con el regreso del calor y los días largos, hay algo que no puede faltar en la mesa de los hogares españoles: las cerezas. Brillantes, dulces y llenas de propiedades nutricionales, esta fruta de temporada ha comenzado a inundar fruterías y supermercados de toda España. Entre ellos, Mercadona ha vuelto a apostar fuerte por una cereza nacional que no solo destaca por su sabor, sino también por su procedencia: los campos de Aragón.
En esta nueva campaña, Mercadona ha reforzado su alianza con dos productores clave del valle del Ebro para traer a sus estanterías una fruta que, más allá de su atractivo gastronómico, también es el fruto de un esfuerzo colectivo del campo español. Pero ¿quiénes están realmente detrás de estas cerezas? ¿Qué historia esconden esas cajas de 500 gramos que encontramos por 3,98 euros?
3La logística del sabor: del árbol a Mercadona en cuestión de horas
Una de las claves del éxito de las cerezas de Mercadona es la rapidez en su distribución. El tiempo entre la recolección y la exposición en tienda rara vez supera las 24 o 36 horas. Este proceso acelerado evita la pérdida de frescura y permite que la fruta mantenga su textura crujiente y su dulzor natural.
Para lograrlo, Mercadona cuenta con una red logística que, durante esta campaña, se ha optimizado al máximo. Los camiones refrigerados parten a diario desde los centros de empaquetado en Aragón hacia las plataformas logísticas de la cadena en puntos estratégicos del país. Desde ahí, las cerezas se reparten a las más de 1.600 tiendas que Mercadona tiene en toda España.
Además, la compañía ha apostado por el formato de venta en bandejas de 500 gramos y próximamente de un kilo, facilitando así la compra a consumidores que buscan comodidad y frescura. El precio inicial —3,98 euros— ha sido bien recibido, aunque como cada año, puede fluctuar en función del volumen de producción y la calidad de las partidas.
