Conducir por las carreteras españolas implica, en muchas ocasiones, un ejercicio constante de atención, cálculo y hasta intuición. Más allá del paisaje o del destino, buena parte del trayecto se resume en mirar el velocímetro y preguntarse: “¿Estoy dentro del límite?”. Pero detrás de esa pregunta hay una verdad poco conocida y que ahora la propia Dirección General de Tráfico (DGT) ha querido oficializar: los radares no son infalibles, y por ello, existen márgenes de error que pueden librarte de una multa.
Aunque pueda parecer una concesión, se trata de una medida técnica, respaldada por normativa y aplicada de forma precisa para evitar injusticias. En otras palabras, los radares de la DGT tienen una pequeña tolerancia al medir la velocidad, y este detalle puede marcar la diferencia entre una conducción sin consecuencias o una notificación de sanción en el buzón.
1La DGT reconoce oficialmente el margen de error

La DGT lleva años invirtiendo en dispositivos de control de velocidad con el objetivo de reducir la siniestralidad y hacer más seguras nuestras carreteras. En 2024, por ejemplo, se sumaron a la red miles de radares fijos, móviles y de tramo que ahora cubren la geografía vial española con mayor eficacia. Pero también con una precisión limitada, tal como admite la propia DGT.
¿A qué nos referimos? Los radares no son máquinas exactas. Funcionan con tecnología basada en ondas electromagnéticas o láser, pero están sujetos a pequeñas variaciones según las condiciones del entorno, el tipo de dispositivo o incluso la instalación. Y ahí es donde entra en juego el margen de error.
Este margen, lejos de ser una “grieta legal” para sortear sanciones, está recogido en la Orden ITC/3123/2010. Una normativa que establece de forma oficial cómo deben calibrarse estos instrumentos y qué tolerancia se les debe aplicar para no cometer errores sancionadores. En otras palabras, es la propia DGT quien determina que un conductor puede superar ligeramente el límite sin ser multado, siempre que esa superación esté dentro del margen de error permitido.