El acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla quedó en el aire, mientras que el emérito Juan Carlos I eligió navegar por las aguas de Sanxenxo durante su estancia en el país. Alejado de los problemas legales, el exmonarca prefirió la pasión náutica, rodeado de familiares y amigos, que una jornada judicial, durante su paseo, combinó deporte, relaciones familiares y claro, un gesto mediático que no pasó desapercibido.
El litigio con Miguel Angel Revilla avanza, pero, Juan Carlos I ha demostrado que, fuera de los lejos de los tribunales y lejos de problemas, su mejor estrategia es volver a la normalidad. O, al menos, en apariencia. Sanxenxo le sigue brindando ese escenario familiar y cómodo.
3Sanxenxo: refugio náutico y gastronómico

La visita de Juan Carlos I a esta localidad gallega no quedó solo en el deporte. Después de las regatas, el monarca concurrió a una marisquería en O Grove, donde compartió con Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, y otros miembros de su círculo íntimo. A la salida, le preguntaron por su ausencia en el acto de conciliación en Santander, a lo que respondería con ironía: «Hace mucho tiempo que no voy a Santander», según la revista ¡Hola!
El gesto buscaba priorizar la discreción y el disfrute personal, mitigando los conflictos judiciales. Incluso se habla de un momento ligero cuando una admiradora le pidió fotos a Juan Carlos I en el puerto y él no puso objeción alguna. «No puso ningún impedimento», destacó La Razón, indicando que la mujer probó varias poses hasta quedar satisfecha.