Especial 20 Aniversario

Evita multas: Conoce dónde esconde la DGT sus radares móviles

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En los últimos años, la sensación de “estar siendo vigilado” ha dejado de ser una paranoia para convertirse en una inquietud cada vez más compartida por los conductores. Los radares móviles de la Dirección General de Tráfico (DGT), pequeños, invisibles y ubicuos, parecen surgir en el punto más inesperado del trayecto, dejando multas y dudas por igual.

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La DGT defiende su estrategia como una fórmula eficaz para reducir accidentes, pero para muchos ciudadanos, la práctica se asemeja más a una trampa recaudatoria. Y es que los radares móviles, a diferencia de los fijos, no avisan. Simplemente están. Y eso, según los conductores, cambia completamente las reglas del juego.

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¿Dónde se colocan realmente los radares móviles?

¿Dónde se colocan realmente los radares móviles?
Fuente: Agencias

La gran pregunta que se hacen millones de españoles es: ¿hay algún patrón? ¿Algún tipo de lógica que permita anticipar dónde puede haber un radar móvil de la DGT?

Según datos oficiales y testimonios recabados por asociaciones de usuarios de la carretera, existen ciertas tendencias. Aunque la DGT tiene potestad para colocar sus radares en cualquier punto del país —ya sea en autopistas, carreteras comarcales, entornos urbanos o accesos a zonas rurales—, hay zonas que se repiten con frecuencia:

  • Rectas en carreteras secundarias, donde el límite es bajo y la tentación de acelerar es alta.
  • Entradas y salidas de núcleos urbanos, sobre todo donde los límites bajan bruscamente.
  • Tramos donde los conductores suelen frenar bruscamente al ver un radar fijo, lo que puede generar efectos rebote.
  • Zonas de obras, donde la reducción de velocidad temporal se vigila con mayor celo.
  • Puntos estratégicos antes de rotondas, cruces o salidas de autovía.

Pero también hay ubicaciones más discutibles: detrás de señales, en la sombra de una curva cerrada, en coches camuflados entre vehículos mal estacionados. Es en estos casos donde muchos ciudadanos comienzan a hablar, sin tapujos, de estrategias encubiertas de recaudación.

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