No sabes a quién avisas. Con estas palabras, la Dirección General de Tráfico (DGT) lanzó una advertencia clara y directa a los millones de usuarios que, desde sus móviles, alertan sobre controles de tráfico. Detrás de esa frase hay una batalla abierta desde hace más de un lustro, una guerra discreta, pero persistente, que la Dirección libra contra aplicaciones como Waze, Google Maps o SocialDrive.
La escena es conocida: abres tu app de navegación y, además de rutas y tiempos estimados, te salta una alerta. “Control en 500 metros”, “radar móvil en esta zona”, “presencia policial”. A simple vista, podría parecer una ayuda inocente, pero desde el punto de vista de la DGT, es un quebradero de cabeza.
1DGT: una década de avisos y un método que ha evolucionado
Los primeros avisos de controles policiales no nacieron con los smartphones, aunque fue en ellos donde encontraron su hábitat perfecto. En 2012, algunas aplicaciones empezaron a señalar radares fijos —los únicos publicados oficialmente por la DGT—, pero fue en 2014 cuando el fenómeno despegó con fuerza. Waze y SocialDrive popularizaron el envío de alertas en tiempo real, alimentadas directamente por los usuarios.
Desde entonces, el sistema se ha sofisticado. Los mensajes son más rápidos, las notificaciones más precisas y la comunidad, mucho más grande. El punto de inflexión llegó en plena pandemia de COVID-19. Los controles en carretera aumentaron y, con ellos, la necesidad —percibida por algunos— de esquivarlos. Las aplicaciones vieron multiplicado su uso y los grupos de WhatsApp, muchos con miles de miembros, se convirtieron en auténticas centralitas de información en tiempo real sobre controles de tráfico.
La DGT, que lleva años advirtiendo del peligro, lo ha dicho alto y claro: quien alerta, no sabe a quién ayuda. Puede estar evitando que un conductor ebrio sea detenido, que un fugitivo eluda un control o que se frustre una operación policial importante. Pero, a pesar de todo, hoy por hoy, no hay una norma clara que prohíba esos avisos.
