En ‘La Promesa’, no hay tiempo para lo predecible, cada movimiento cuenta, y esta vez, Leocadia, en una jugada maestra, no dejó pasar la oportunidad para alterar los planes de Catalina y Adriano. Con un paso siempre adelante, la mujer logró darse cuenta de los planes.
Lo que parecía ser una boda secreta, discreta y feliz, se convertirá en un auténtico campo de batalla, pero emocional. El conflicto crece y los secretos salen a la luz, salpicando a todos los personajes en una narrativa cada vez más intensa y lejos de terminarse.
4La frialdad de Rómulo y la preocupación del servicio

Emilia confesó a Pía que tuvo una relación pasada con Rómulo, pero que este la abandonó sin dar explicaciones. Ahora, ha adoptado una actitud distante y fría que mantiene al servicio en vilo. Pía y Ricardo intentan acercarse a Rómulo, pero sus esfuerzos no dieron frutos. Rómulo permanece en silencio, inquebrantable, incómodo ante la invasión, a su privacidad. Emilia, a quien le afecta la situación, planea intervenir para mejorar las relaciones en el área del servicio.
La distancia emocional por la situación de Rómulo afecta el ambiente laboral en el palacio de ‘La Promesa’. Incluso el padre Samuel, optimista con la boda de Catalina y Adriano, percibe la tensión existente. Él, además de apoyar la boda, intentará mediar entre los empleados y Rómulo.
Leocadia, por su parte, no solo vigila y actúa; también arma estrategias, amplía sus alianzas y se enfrenta a sus propios secretos, todo para mantener su posición y el control del poder. En ‘La Promesa’, nada es lo que parece y si pensabas que con la muerte de Jana la serie perdería ritmo, estás muy lejos de la realidad, ¡esta semana viene potente! Gracias a personajes como Leocadia, el drama y el misterio sigue garantizado.