¿Puedo llevar una maleta de mano gratis con Ryanair? La respuesta judicial es: “depende”. Viajar con Ryanair se ha convertido en una experiencia que requiere estudiar con detalle cada condición del billete. Una de las cuestiones más polémicas gira en torno a algo que muchos dan por hecho: llevar una maleta de mano sin coste adicional. Pero la realidad legal en España es contradictoria. Mientras algunos tribunales dan la razón a los pasajeros, otros respaldan a la aerolínea. ¿En qué punto estamos?
El corazón del problema es la definición de “maleta de mano”. Aunque la normativa europea garantiza el derecho a transportar objetos personales sin coste, Ryanair se agarra a un vacío legal: “no existe un estándar común en medidas para este tipo de equipaje”. Por eso, la aerolínea limita el bulto gratuito a dimensiones muy reducidas y cobra por lo que tradicionalmente entendemos como equipaje de cabina.
Ryanair: Una sanción histórica y una defensa polémica

En noviembre del año pasado, Ryanair recibió una de las sanciones más duras impuestas en España a una aerolínea: 107,78 millones de euros. Esta multa, promovida por el Ministerio de Consumo, respondía a la política de cobro adicional por el equipaje de mano, al considerarla abusiva e ilegal. Según el Gobierno, el equipaje de mano forma parte del transporte contratado y, por tanto, debe estar incluido en el precio del billete.
Ryanair, sin embargo, no ha cedido. En su defensa, alega que cumple con la legislación europea porque permite subir un bulto gratuito a bordo, aunque este debe ajustarse a unas dimensiones muy limitadas (40 x 20 x 25 cm). Para la compañía, todo lo que supere esas medidas debe pagarse, incluso si no supone un coste adicional para la operativa del vuelo. El debate está servido: ¿es legal cobrar por una maleta si no se genera un gasto extra?
Sentencias enfrentadas: Sevilla contra Salamanca

El desconcierto entre los consumidores se acentúa con las decisiones judiciales. En Sevilla, Ryanair obtuvo una victoria legal cuando un tribunal desestimó la demanda de un pasajero que había tenido que pagar 12 euros por llevar su maleta de cabina. La justicia dio por buena la argumentación de la aerolínea, afirmando que no se le impidió volar con equipaje, solo con uno que excedía lo permitido sin coste.
En cambio, en Salamanca, el escenario fue completamente distinto. Una jueza condenó a Ryanair a devolver 147 euros a una pasajera por haberle cobrado ese suplemento en cinco trayectos distintos. La sentencia sostiene que el equipaje de mano es “un elemento indispensable del transporte” y, por tanto, no puede ser objeto de un recargo. Además, dejó claro que el cobro fue “ilícito” al no suponer un gasto añadido para la aerolínea.
FACUA y la batalla legal en nombre de los pasajeros

La asociación FACUA lleva años enfrentándose a las aerolíneas por este motivo. Ha impulsado ya al menos cinco sentencias favorables a los consumidores, no solo contra Ryanair, sino también contra Vueling. Las resoluciones se basan en la Ley de Navegación Aérea, que prohíbe el cobro por el equipaje de mano salvo que se incumplan condiciones de seguridad, peso o tamaño, algo que no se ha demostrado en los casos presentados.
Pero el trabajo de FACUA va mucho más allá, también ha sido clave en informar a los pasajeros sobre sus derechos. Gracias a su labor, muchas personas han decidido iniciar procesos judiciales que antes ni consideraban. La organización insiste en que estas prácticas vulneran la legislación vigente y que las aerolíneas deben adaptarse (algo que Ryanair no ha terminado de digerir), no eludir sus responsabilidades con argumentos ambiguos o interpretaciones interesadas de la normativa.
La respuesta de Ryanair: presión y retirada de rutas

Frente a las sanciones y sentencias, Ryanair ha optado por una estrategia de presión (una estrategia en la que la aerolínea ha demostrado ser experta). Ha comenzado a reducir su actividad en aeropuertos de provincias, argumentando que las tasas de AENA son demasiado altas. Sin embargo, este movimiento también se interpreta como una forma de castigar al Gobierno español por su firmeza regulatoria, afectando de paso a miles de pasajeros.
La aerolínea también ha defendido públicamente que las sentencias favorables que ha obtenido demuestran su legalidad. Pero el panorama es aún incierto. Con una legislación sin detalles claros sobre el tamaño del equipaje de mano y resoluciones judiciales contradictorias, lo único seguro para el pasajero es que, por ahora, seguir volando barato implica estar muy atentos… y quizá reclamar después del aterrizaje.