El mantenimiento adecuado de nuestros vehículos es una obligación que muchos conductores descuidan hasta que es demasiado tarde. La DGT ha intensificado en los últimos meses sus controles para detectar coches que circulan en condiciones deficientes por las carreteras españolas. Los datos revelan que miles de conductores son sancionados anualmente por circular con vehículos que presentan deficiencias técnicas que comprometen tanto su seguridad como la del resto de usuarios de la vía.
Las consecuencias de conducir un automóvil en mal estado van mucho más allá de una simple multa económica. Las estadísticas demuestran que un porcentaje significativo de los accidentes de tráfico tiene como factor contribuyente algún fallo mecánico que podría haberse evitado con un mantenimiento preventivo adecuado. Los agentes de la DGT están especialmente atentos a cuatro elementos fundamentales cuyo deterioro supone un riesgo inmediato: neumáticos desgastados, sistemas de iluminación defectuosos, ausencia de ITV en vigor y sistemas de frenado ineficaces.
4FRENOS DEFECTUOSOS: JUGAR CON LA VIDA
El sistema de frenado representa uno de los elementos más críticos para la seguridad activa de cualquier vehículo. La DGT castiga severamente circular con los frenos en mal estado mediante multas que pueden alcanzar los 500 euros, contemplando incluso la retirada de puntos del carné en casos de deterioro extremo, además de la inmovilización inmediata del vehículo por constituir un peligro manifiesto para la seguridad vial.
Los signos de alarma que delatan un sistema de frenado deficiente incluyen vibraciones anómalas al pisar el pedal, chirridos metálicos durante la frenada o una respuesta irregular que hace que el vehículo se desvíe hacia un lado. Los agentes de la DGT comprueban el estado de los frenos verificando visualmente el nivel del líquido y el desgaste de las pastillas en los controles rutinarios.
Los datos oficiales muestran que aproximadamente un 8% de los accidentes con víctimas tiene como factor contribuyente algún tipo de fallo en el sistema de frenado, cifra que podría reducirse considerablemente con revisiones periódicas. El deterioro de este sistema es especialmente preocupante porque suele manifestarse progresivamente, llevando a muchos conductores a acostumbrarse a frenadas cada vez menos eficientes hasta que la situación se vuelve crítica.