Especial 20 Aniversario

Tu perro sufre en Madrid: el error que cometes al pasearle por la ciudad

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La vida urbana madrileña, con su bullicio constante y sus particulares características, supone un verdadero desafío para nuestros compañeros caninos. El perro, ese fiel amigo que nos acompaña en nuestro día a día, padece silenciosamente numerosas incomodidades cuando le paseamos por las calles de la capital sin tomar las precauciones necesarias. Los propietarios, muchas veces por desconocimiento, someten a sus mascotas a situaciones que podrían evitarse con sencillas medidas preventivas.

El calor abrasador del verano madrileño, los ruidos ensordecedores del tráfico, la multitud de personas transitando por las aceras o la falta de espacios adecuados son solo algunos de los factores que convierten el paseo diario en una experiencia desagradable para nuestras mascotas. Estas circunstancias, lejos de ser anecdóticas, representan un problema de bienestar animal que merece atención inmediata, especialmente cuando las temperaturas comienzan a elevarse y el asfalto se convierte en una superficie peligrosa para las delicadas almohadillas de nuestros compañeros de cuatro patas.

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EL ASFALTO ARDIENTE: CUANDO CADA PASO ES UNA TORTURA PARA TU PERRO

Fuente: Freepik

El pavimento de Madrid se transforma en una auténtica plancha durante los meses de calor, alcanzando temperaturas que pueden superar los 60 grados centígrados en pleno verano. Los propietarios, habitualmente calzados con zapatillas o sandalias, no son conscientes del daño que el asfalto caliente provoca en las sensibles almohadillas de sus mascotas, causando quemaduras dolorosas y difíciles de sanar. Este problema, especialmente grave entre junio y septiembre, afecta diariamente a miles de perros en la capital.

Una sencilla comprobación puede evitar este sufrimiento innecesario: colocar la palma de la mano sobre el asfalto durante cinco segundos; si resulta insoportable, también lo será para tu perro. Existen alternativas prácticas como pasear a primera hora de la mañana o al anochecer, cuando el pavimento está más fresco, o utilizar protectores específicos para las patas caninas. Muchos veterinarios madrileños han alertado sobre el aumento de casos de quemaduras por esta causa en los últimos veranos, recordándonos la importancia de proteger a nuestros fieles compañeros de este peligro invisible pero muy real.

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