La reina Sofía está atravesando uno de los momentos más complicados de su vida. A sus 85 años, la emérita padece de varios problemas de salud, sumado a esto, las pérdidas personales la mantienen en un estado de profunda tristeza. Su hermana, Irene de Grecia, quien ha sido su mayor apoyo por años, sufre de Alzheimer avanzado, y a la reina le es insoportable verla en ese estado.
Ahora, según fuentes aunadas a EN Blau, la reina Sofía ha exteriorizado su deseo de pasar sus últimos días en Grecia, de donde es nativa, sin embargo, su hijo, el rey Felipe VI, no lo ve viable por el momento. La reina vive en constantes despedidas, primero su hermano Constantino, posteriormente el deterioro irreversible de Irene, y ahora su propia salud ha tomado un punto de no retorno. Su deseo de volver a Grecia es comprensible, pero roza con la realidad de una familia real que la sigue necesitando como figura simbólica.
1El dolor de la reina Sofía por la enfermedad de su hermana
Irene de Grecia, además de ser su hermana, ha sido su confidente, apoyo y compañera durante los años más complicados de la vida de la emérita. Cuando las infidelidades de Juan Carlos I la sobrepasaron, fue Irene quien estuvo con ella en la Zarzuela, siendo su refugio emocional. Ahora, ver cómo el Alzheimer le borra los recuerdos se vuelve devastador.
«Ella llora al verla así. Es uno de los golpes más duros que ha recibido en toda su vida», reveló una fuente cercana a EN Blau. En las últimas apariciones públicas de Irene, fue vista en silla de ruedas, demacrada y la mirada perdida. Su ausencia durante la Semana Santa sería indicativo de que su estado ha empeorado.