La ciudad de Granollers, en la provincia de Barcelona, se ha visto envuelta en una polémica a raíz de un taller organizado durante la Festa Major que enseñaba a los participantes a lanzar cócteles molotov simulados contra un maniquí vestido de policía. Esta actividad ha desatado una fuerte reacción por parte de diversos sindicatos policiales, quienes han denunciado el hecho ante la Fiscalía Superior de Cataluña.
El sindicato Uspac de los Mossos d'Esquadra ha sido el primero en presentar la denuncia, acusando a la alcaldesa socialista Alba Barnusell y a los responsables de la actividad por un posible delito de odio y de injurias graves contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, han solicitado a los patrocinadores que se retiren de la Festa Major y a las autoridades competentes que tomen acciones legales al respecto.
La Postura de los Sindicatos
Otras organizaciones sindicales, como UGT Cataluña, SPL-CME y SAP-FEPOL, también se han pronunciado al respecto. Estas entidades han expresado su preocupación por la actividad y han anunciado que están estudiando posibles acciones legales contra los responsables. Según han explicado, los sindicatos policiales se han reunido con representantes del Ayuntamiento y han exigido que se asuman responsabilidades.
Además, los sindicatos SPL-CME y UGT Cataluña han afirmado que, al conocer esta actividad en el programa de la Festa Major, "saltaron las primeras alarmas entre los integrantes de la plantilla del cuerpo de la policía local y se escucharon las primeras protestas a nivel interno". Estos sindicatos también han pedido a los agentes que dejen de hacer horas extras durante las fiestas y han solicitado al Ayuntamiento que ejerza acciones legales y depure responsabilidades.
La Versión de los Organizadores
Por su parte, los promotores de la controvertida actividad, la colla dels Blaus de Granollers, uno de los organizadores de las fiestas, han lamentado la interpretación de la actividad y han asegurado que en "ningún caso han querido ofender a los cuerpos de seguridad ni incentivar la violencia". Según han explicado, se trataba de "un acto lúdico en el marco de la Festa Major".
Sin embargo, esta justificación no ha sido suficiente para calmar los ánimos de los sindicatos policiales, quienes continúan exigiendo que se tomen medidas y se depuren responsabilidades por esta polémica actividad.







