El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta ha sido escenario de un movimiento constante en las últimas semanas, con la salida de un significativo número de residentes hacia la península. Este flujo migratorio, que se intensificó a partir de un acuerdo entre el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y la Delegación del Gobierno en Ceuta, busca aliviar la presión sobre las instalaciones del CETI, que se encuentran sobrepasadas en su capacidad.
El martes pasado, un total de 62 migrantes, principalmente de Argelia, Guinea Conakry y Sudán, abordaron un ferry con destino a Andalucía, dando inicio a una nueva etapa en sus trayectorias migratorias. Estos individuos, en su mayoría solicitantes de asilo con sus trámites completos o migrantes sin gestión de asilo aún, continúan con su viaje hacia un futuro incierto en la península.
Una Estrategia de Descongestión: Traslados Masivos hacia la Península
La partida de estos 62 migrantes forma parte de un plan más amplio para descongestionar el CETI, un objetivo que se ha convertido en una prioridad para las autoridades españolas. La Delegación del Gobierno en Ceuta, en colaboración con el Ministerio de Inclusión, ha implementado una serie de medidas extraordinarias que incluyen la suspensión de la admisión de nuevos residentes en el CETI, un paso histórico que busca poner freno a la superpoblación en las instalaciones.
Este flujo de salidas hacia la península se inició a finales de semana pasada con la partida de 47 migrantes, en su mayoría provenientes de Guinea Conakry, Sudán, Argelia y Chad. Estos individuos, que formaban parte del programa de atención humanitaria, fueron trasladados a diferentes centros de acogida en Andalucía.
La decisión de paralizar la admisión de nuevos residentes en el CETI ha sido recibida con cierto debate, especialmente considerando que la ocupación del centro superaba las 1.000 personas en el pasado. Sin embargo, las autoridades justifican la medida como una necesidad urgente para evitar el colapso de las instalaciones y garantizar la seguridad de los residentes.
El CETI en el Centro de la Atención: Renuncia del Director y Un Futuro Incierto
El CETI de Ceuta ha sido noticia en las últimas semanas no solo por la problemática de la sobrepoblación, sino también por la renuncia de su director, José Durán. La Delegación del Gobierno confirmó la dimisión del directivo, argumentando que Durán había manifestado su intención de dejar el puesto «hace un tiempo».
La salida del director se produce en un contexto de incertidumbre para el CETI, marcado por la superpoblación y las medidas de descongestión. El centro, con una capacidad limitada a 512 plazas, albergaba a más de 620 personas al momento de la renuncia de Durán.
La Delegación del Gobierno ha anunciado que se producirán más salidas de migrantes hacia la península en los próximos días, con la intención de reducir la población del CETI a niveles más manejables. Las fuentes consultadas por Europa Press apuntan a que la institución liderada por la socialista Cristina Pérez planea la partida de 160 residentes en las próximas semanas.
El futuro del CETI permanece incierto. Si bien las medidas de descongestión parecen estar dando resultados iniciales, la presión sobre las instalaciones y la complejidad del fenómeno migratorio plantean un desafío constante para las autoridades españolas. La búsqueda de soluciones sostenibles para la gestión de la migración en Ceuta, un punto estratégico en la ruta migratoria hacia Europa, sigue siendo una prioridad en la agenda política del país.
