La Audiencia Provincial de Pontevedra ha emitido una sentencia contundente al condenar a un hombre a 12 años de prisión por intentar asesinar a su expareja, a quien había mantenido una relación durante 25 años. Este suceso trágico demuestra la urgencia de abordar la violencia de género de manera integral y efectiva.
Relación Abusiva y Violenta
Según el tribunal, el acusado sometió a su expareja a constantes humillaciones y menosprecios en el hogar común, en presencia de su hija. Ejercía un control extremo sobre ella, rompiendo sus pertenencias, empujándola, golpeándola y asfixiándola, con el objetivo de doblegar su voluntad y someterla a sus decisiones. De esta forma, creó un ambiente de terror en el que la víctima vivía aterrorizada por la violencia y el carácter dominante de su pareja.
Intento de Asesinato y Quebrantamiento de Condena
El 5 de diciembre de 2018, el acusado irrumpió en el domicilio de su expareja, a pesar de la orden de alejamiento vigente, con la determinación de acabar con su vida. Según la sentencia, le recriminó que lo hubiera denunciado y le anunció su muerte, llegando a colocarle un cuchillo en el cuello en repetidas ocasiones. Posteriormente, le disparó dos veces, logrando alcanzarla en la mejilla y el cuello, aunque la víctima logró evitar que el ataque fuera mortal. Además, el tribunal destaca que el condenado incumplió las penas de prohibición de aproximación y comunicación que le habían impuesto.
Consecuencias Legales y Resarcimiento a la Víctima
Además de la pena de 12 años de prisión, el tribunal ha impuesto al acusado la prohibición de comunicarse con la víctima por cualquier medio durante 26 años, con la instalación de un dispositivo de control telemático para garantizar su cumplimiento. Asimismo, deberá pagar una indemnización de 100.000 euros, de los cuales 43.000 corresponden al daño moral sufrido por la víctima.
Este caso pone de manifiesto la gravedad de la violencia de género y la necesidad de una respuesta firme y eficaz por parte de las autoridades. Esperamos que esta sentencia envíe un mensaje claro de que no se tolerará este tipo de conductas y que contribuya a la protección de las víctimas y a la prevención de futuros ataques.