La Noche de San Juan es una de las tradiciones más arraigadas y celebradas en la ciudad de València. Este año, la afluencia de público superó todas las expectativas, con más de 140.000 personas congregadas en las playas de Malva-rosa y Cabanyal. Sin embargo, este éxito de participación también plantea desafíos a la organización y la seguridad del evento.
Éxito de Participación y Desafíos de Seguridad
Durante la noche, el operativo de Cruz Roja atendió a 72 asistentes, la mayoría por intoxicaciones, mientras que la Policía Local realizó un total de 171 intervenciones, incluyendo 10 detenciones por atentado y hurto, 7 actuaciones por agresión y otras 4 relacionadas con robo con violencia y hurto. Además, se interpusieron dos denuncias por intentos de hacer fogatas en las playas del sur.
El concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Jesús Carbonell, ha reconocido que la afluencia «masiva», superior a años anteriores, plantea la necesidad de «pensar para el año que viene medidas que puedan evitar que haya un incremento desmesurado» y «tanta masificación». Esto sugiere que la Noche de San Juan en València «puede morir de éxito» si no se toman las medidas adecuadas.
Retos de Limpieza y Transporte
Además de los desafíos de seguridad, la organización también debe hacer frente a los retos de limpieza y transporte. Se espera que la estimación de residuos recogidos sea similar a la del año pasado, superando los 65.000 kilos. Carbonell ha destacado que la lluvia de madrugada ayudó a que el desalojo de los asistentes fuera «más sencillo», y ha agradecido el comportamiento de la ciudadanía.
En cuanto al transporte, el refuerzo de los autobuses de la EMT y del tranvía de FGV fue el principal modo de transporte utilizado por los asistentes, lo que demuestra la importancia de una adecuada planificación y coordinación de los sistemas de movilidad.
Aprendiendo de la Experiencia
La Noche de San Juan en València es una celebración que ha crecido exponencialmente en los últimos años, lo que plantea una serie de desafíos a la organización. Sin embargo, este evento también representa una oportunidad para mejorar y aprender de la experiencia. Mediante la implementación de medidas que permitan controlar la afluencia de público, garantizar la seguridad de los asistentes y gestionar eficazmente la limpieza y el transporte, la ciudad de València podrá seguir disfrutando de esta tradición tan arraigada, preservando su encanto y ofreciendo una experiencia memorable para todos los participantes.