El uso del teléfono móvil mientras se conduce es una de las principales distracciones al volante y está detrás de numerosos accidentes en las carreteras españolas. Aunque pueda parecer una acción inofensiva, responder una llamada o utilizar el dispositivo de cualquier manera mientras se circula a altas velocidades puede tener consecuencias catastróficas. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), contestar una llamada a una velocidad de 120 kilómetros por hora implica circular sin prestar atención a la carretera durante 266 metros. Esto significa que, en un segundo de distracción, un conductor puede recorrer una distancia considerable sin estar plenamente consciente de su entorno, aumentando significativamente el riesgo de colisión.
5DGT: La importancia de evitar la distracción y priorizar la seguridad vial

La utilización del teléfono móvil al volante es una práctica que debe ser erradicada por completo. Los peligros que conlleva esta distracción son evidentes y los riesgos para la seguridad vial son altos. Es responsabilidad de todos los conductores tomar conciencia de esta problemática y actuar de manera responsable.