El zodiaco se divide en 12 partes entre el sol y los planetas, el ser humano atribuyó los nombres de dichas constelaciones que fueron separadas en pequeñas líneas desde el cielo. Nombrando cada una de estas líneas en planetas, signos y casas.
Para conocer un poco del zodiaco te explico que sus 12 planetas son Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Plutón, cada uno tiene una función o un destino específico. Los signos tienen un planeta asignado, si eres Aries tu planeta es Marte y este se considera por ser luchador, guerrero, dinámico, siempre va a la acción, no se rinde.
¿Cuáles son los signos del zodiaco?
El zodiaco es una representación pequeña de la astrología, ya que este comprende los 12 signos: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Durante años nos hemos guiado por la rueda del zodiaco como referencia de sucesos que pasan en nuestra vida, los elementos que tienen cada uno de ellos marca el carácter, un signo de fuego es fuerte, apasionado, busca hacer, un signo de agua debe dejar fluir sus sentimientos más profundos, uno de tierra debe poner en práctica sus bases morales y su don al servicio, los signos de aire buscan materializar la creatividad que habita en su mente.
Planetas del zodiaco
Marte, Venus, Mercurio, Luna, Sol, Plutón, Júpiter, Urano y Neptuno. Debes recordar que no eres solo tu sol de nacimiento, existe una carta astral que inicia desde el día de tu nacimiento, es importante saber la hora y lugar.
Para determinar la guía de tu vida se te presenta una hoja que tiene planetas, signos, grados matemáticos, casas, aspectos positivos y negativos, entre otros. Cuando hablamos de aspectos positivos y negativos en el zodiaco las personas creen que es algo que no se puede arreglar, piensan que por tener un aspecto negativo ya la vida será caótica.
La astrología moderna hoy nos habla que todo puede evolucionar. Tener un aspecto negativo indica que puedes tener dificultades pero siempre que tú quieras las vas a poder superar, porque todo evoluciona y nada queda estático.
