Las patatas al ajillo conforman una deliciosa (y muy apetitosa) opción para preparar nuestro estómago antes de los primeros platos, o como principal, por qué no. En ello, y más allá de que sean muy factibles para sacarnos de algún apuro, se ven muy bien para cualquier tipo de carne.
De hecho, es bastante común que nuestro plato de carne vaya acompañado previamente de una guarnición como son las patatas al ajilo. El secreto de las mismas no es otro que conseguir con ellas que estén tiernas por dentro y crujientes por fuera. Y a partir de ahí podemos hacer un plato más que sabroso y que nos salvará de cualquier apuro. Así puedes prepararlas.
5Debemos comprobar si las patatas están en su punto antes de retirarlas del aceite

Transcurridos los primeros 15 minutos comprobamos si ya las tenemos cocidas. Se puede hacer esta tarea clavando un cuchillo y si entra y sale con facilidad es que las patatas están bien cocidas antes del ajiillo. Si todavía no están en su punto, las dejaremos unos minutos más.
Una vez cocidas, las escurriremos bien y las freiremos en abundante aceite de oliva. Una vez hecho este paso, además, lo que tenemos es que hacer es retirarlas del aceite y escurrirlas para, seguidamente, cortarlas por la mitad. ¡Con cuidado de no quemarnos!