La crema catalana es uno de los postres más amados y reconocidos no solo en Cataluña, sino también en el resto de España y cualquier lugar del mundo en el que un español la prepare de la forma tradicional para enamorar a sus comensales.
Su preparación es sencilla y relativamente rápida, tiene mucho en común con otras muy tradicionales, como las natillas de las abuelas y la famosa crema maragata. Si buscas un postre rico, fácil de hacer y que además le guste a todos, la crema catalana es para ti. Conoce cómo puedes hacerla realmente deliciosa y de una forma sencilla en tan solo 30 minutos.
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La elegancia de la noble crema catalana
Una de las características más seductoras de la crema catalana es su presencia elegante e imponente que invita a degustarla. Al contar con una capa de caramelo quemado que protege el más tierno y cremoso interior, un sencillo postre se convierte en toda una representación de alta cocina.
Al finalizar una comida o para ofrecer como una merienda, la elegancia de la crema catalana te dejará bien posicionado ante cualquier invitado. Solo necesitas seguir algunos consejos básicos para prepararla y sentarte a degustar del dulce sabor de un postre tradicional, emblemático y delicioso hecho por ti mismo y en pocos minutos.
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No, la crema catalana no es lo mismo que la creme brulée
Una de las mayores confusiones en las que la crema catalana se encuentra inmersa es en la que le señalan como creme brulée; y, no, la crema catalana no es lo mismo que la creme brulée por mucho que se parezcan.
La catalana se aromatiza solo con limón y canela, tal como es original en la cocina árabe, además, la verdadera, la original, siempre se hace con almidón de maíz (maicena) nunca con nata ni harina de trigo, como en el caso de otras tantas cremas dulces.
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Los ingredientes tradicionales de la crema catalana
Lo mejor de este postre aparte de su sabor y delicadeza, es precisamente la lista de sus ingredientes. Prepararla no requiere de una gran inversión, por el contrario, la mayoría, si acaso no todos los ingredientes que necesitas los tienes en casa.
Los ingredientes que necesitas son: 10 yemas de huevo, 100 gramos de maicena, 250 gramos de azúcar para la crema y 150 gramos de azúcar para quemar, un litro y medio de leche, una rama de canela, la cáscara de un limón.
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El primer paso para un rico sabor: infusionar la leche
La base de una rica crema catalana es infusionar la leche para llenarla de aroma y sabor. Se debe hacer un proceso de infusión, el cual consiste en extraer el aroma y los sabores de la canela y la cáscara de limón mediante un medio líquido; que en este caso, es la leche entera.
Lava muy bien el limón y retírale la piel. Cuando hagas esto cuida de no extraer la parte blanca del mismo, de lo contrario terminarás amargando el postre. Procede a calentar la leche hasta que llegue casi al punto de ebullición, en ese momento retírala y pon las cáscaras de limón dentro. Deja en reposo por 5 minutos para que la leche tome todo el aroma del limón. (si bien, en los ingredientes clásicos no se encuentra la vainilla, muchos la aprovechan para dar más sabor y la añaden a la infusión).
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Bate las yemas de huevo
Mientras la leche se va infusionando, ve separando las claras de las yemas. Guarda las claras para otra receta y pon las yemas en un bol junto a 250 gramos de azúcar.
Es necesario integrar muy bien las yemas junto al azúcar, para ello ayúdate de un batidor eléctrico hasta formar una crema espumosa.
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Añade el componente espesante, el que dará cremosidad a la crema catalana
Cuando la yema está perfectamente cremada junto al azúcar, es el momento de añadir el espesante, que no es otro que la maicena.
Con la ayuda del batidor incorpora muy bien la maicena y si notas que se vuelve muy espesa, vierte apenas un poco de la leche que has infusionado para que se disuelva bien.
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Calienta nuevamente la leche
Una vez integrada la maicena a la crema de yemas, debes poner al fuego de nuevo la leche.
El proceso de calor al que someterás a la leche hará que se termine de infusionar con la canela y la piel de limón. Luego de que se caliente por 10 minutos, pásala por un colador para retirar los aromatizantes.
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Forma la crema catalana en el fuego
Cuando tengas colada la leche llévala de regreso a una olla y llévala a la hornilla a fuego bajo. Mientras se va calentando incorpora la mezcla de yemas, azúcar y maicena y remueve constantemente.
A medida que vas añadiendo las yemas debes remover de forma constante para evitar que se cuajen o se quemen en el fondo de la olla. Notarás que la crema catalana comienza a tomar forma y empieza a lucir más espesa. Debe quedar un poco líquida, ya que cuando se enfríe tomará mayor consistencia.
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Sirve la crema catalana en los cuencos
La crema catalana se sirve de manera individual para que cada comensal pueda disfrutarla en porciones servidas a la medida.
Utiliza unas bonitas cazuelas pequeñas de barro y llénalas hasta un poco menos del borde para que luzcan elegantes al servirlas. Debes esperar que la crema se enfríe antes de llevarlas a la nevera, donde finalmente deben reposar por unas 3 horas aproximadamente.
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Quema la superficie de la crema para darle el color y textura emblemáticos
Justo en el momento en que las vas a servir es cuando debes quemar la superficie. Para hacerlo ayúdate con un soplete.
Espolvorea sobre cada crema servida en las cazuelitas una cucharada de azúcar y quémala con un soplete de cocina. Al hacer esto, el azúcar se derretirá formando una capa crocante de caramelo que tapará el interior cremoso de la cazuela.
Disfruta de un postre sencillo, rápido, delicioso y tradicional que puedes hacer en 30 minutos y dejar reposar para disfrutarlo como broche de oro de una comida especial.
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