Hubo un tiempo en el que las fantasías sexuales se consideraban como un tabú, algo de lo que no había que hablar y casi de lo que había que avergonzarse. Pero hoy en día prácticamente todo el mundo ve las fantasías sexuales como algo natural, algo normal en la sexualidad de cada uno.
Hay que aceptar las fantasías porque forman parte de nuestro equilibrio psíquico, alimentan el deseo, intensifican el placer y hacen que nuestra vida sexual puede ser más rica, abierta y desarrollada. Hoy vamos a ver algunas de las fantasías sexuales que deberíamos hacer reales, al menos una vez en la vida. Justo por eso, porque estamos vivos.
[nextpage title= «Trío»]
Aquí tomamos palabras del maestro Woody Allen que, en una entrevista declaró que “el sexo entre dos es algo hermoso, pero entre cinco es fantástico”. Una de las fantasías sexuales más comunes entre hombres y mujeres es la de hacer un trío, la de contar con una tercera persona en el juego.
Y es que casi todas las personas con un mínimo de curiosidad en la vida se preguntan cómo llegará a ser el sexo introduciendo una tercera persona en escena. En parejas de larga duración y con cierta curiosidad erótica, es una opción que aparece porque en estas parejas el número dos se expande siempre.
La pareja tiene hijos, sobrinos, perro, gato o nuevo compañeros de cama. Se pueden establecer reglas a la hora de hacer un trío. Las fundamentales son, sexo seguro –preservativo– y evitar hacerlo con alguien con el tengamos vínculos afectivos.
[nextpage title= «Mismo sexo»]
Probar con alguien del mismo sexo. Es muy probable que, en algún momento de nuestra vida, nos surja curiosidad, nos preguntemos qué hay más allá de la heterosexualidad y que queramos probar una experiencia con alguien del mismo sexo.
Un artículo del Huffington Post asegura que el 80% de las mujeres heterosexuales ha tenido fantasías lésbicas. Muchas chicas que piensen en poner en práctica esta idea probablemente lograrían la aprobación de su pareja de tenerla. Normalmente a los hombres les pone pensar en dos chicas juntas.
Es una idea interesante el plantearse hacerlo con alguien del mismo sexo, independientemente de que seas chica o chico, hay que dejarse llevar por la imaginación y probar. Es una forma, además, de conocer mejor el propio cuerpo.
[nextpage title= «Sexo con alguien que no hable tu idioma»]
La psicóloga norteamericana Sue Johnson, especializada en lo que los anglosajones llaman ETF (Emotionally Focused Therapy), la terapia focalizada en las emociones, autora del libro «Abrázame fuerte: Siete conversaciones para un amor duradero» (Urano, 2009) asegura una pareja fuerte tiene que tener una gran conexión emocional segura y fuerte.argumentos intelectuales.
Las emociones pueden expresarse con palabra, pero desde luego no es tan importante lo que se dice sino cómo se dice; los adultos podemos comunicarnos con otros adultos sin necesidad de intercambiar una sola palabra entre nosotros, solo con gestos, miradas, y en este caso caricias y algo más.
Si no hay vocabulario, hay que recurrir a otro lenguaje, este suele ser más rico y todos lo conocemos, es un lenguaje que, probablemente, describe mucho mejor nuestras emociones. Así que esta es otra fantasía sexual que deberías probar cuanto antes.
[nextpage title= «sexo tántrico»]
El sexo tántrico o sexo consciente. La palabra tantra nos lleva automáticamente a la idea de prácticas sexuales para retrasar la eyaculación y potenciar el orgasmo. Una visión parcial de esta filosofía se dirige a mejorar las relaciones sexuales.
Los expertos aseguran que la sexualidad que habitualmente tenemos es muy inconsciente y, aunque aprendamos cosas nuevas, se rige muchas veces por un patrón demasiado mecánico. Con el tantra podemos hacer que se vuelva algo más consciente, lo que hará que disfrutemos más.
Hoy día los sexólogos para mejorar la calidad de las relaciones sexuales proponen muchos ejercicios que vienen del yoga o del tantra, la mayoría son sencillas prácticas de respiración o control de los músculos pélvicos. Cada uno elige en qué nivel quiere trabajar sus fantasías.
[nextpage title= «Tener una aventura»]
Un amante es esa persona con la que uno se ve exclusivamente para tener sexo, el vínculo que nos une es solo ese, y no hace falta tener pareja para tener un amante. Puedes tener un amante estando soltero perfectamente. Lo interesante de estas fantasías es relacionarse con alguien solo por un motivo sexual.
Tener un compañero/a sexual sin compromiso con el que explorar es un entrenamiento estupendo para crecer en el ámbito de la pasión. Además, la sensación de aventura en lugares poco comunes, probar nuevas posturas o no saber cuándo pasará acrecienta el interés.
El amor, o enamoramiento y la idea que solemos tener, centrándonos sobre todo en el otro, durante mucho tiempo nos ha impedido disfrutar todo lo que deberíamos; es demasiado común fijar la atención, más que nada en satisfacer al otro. Con esta fantasía sexual llevada a la práctica lograrás romper con esto.
