Paloma Cuevas y el día que perdió la cabeza por amor verdadero

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Paloma Cuevas y Enrique Ponce han sido y son unos de los personajes famosos más queridos del corazón. Juntos formaron una de las parejas 'más envidiadas' del país y al otro lado del charco. El torero y hija de otro gran maestro taurino de los años 70', Victoriano Cuevas Roger, más conocido como Victoriano Valencia, hacían que cualquier aparición de ellos subiera el glamour de esa presentación, de esa boda, de ese homenaje... Su ruptura ha supuesto un antes y un después, suponía un shock para la familia, la opinión pública y como no para amigos y allegados de la pareja. Y es que para muchos,  eran la pareja idílica. El divorcio del torero y de la economista está siendo de lo más polémico. Ponce tiene un motivo muy serio para todavía no divorciarse de Paloma Cuevas.

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Paloma Cuevas, la influencer por excelencia antes de existir las redes

Paloma Cuevas durante muchos años ha sido santo y seña de la elegancia y del buen gusto. Nadie olvida sus modelos, y ha sido considerada como Naty Abascal o como Isabel Preysler de las españolas más elegantes. Ver a Palomita era símbolo de inspiración. Y si no, que se lo digan al modista Eduardo Ladrón de Guevara. La hija de Victoriano Valencia y de Paloma Díaz, ha sido su mejor embajadora y una de sus grandes musas. Comenzaba a despuntar cuando brilló como nadie con un exclusivo diseño en la boda de Rafa Camino con Natalia Álvarez. Tanto la novia como ella, elegían la aguja de Guevara y ambos diseños fueron muy pero que muy copiados por novias e invitadas de la época.

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La reputada socialité se convertía en una de las influencers analógicas más mediáticas, ya que no existía esto de las redes. Las mujeres tiraban de la foto de revista para simular cada uno de sus diseños. Enrique Ponce era el novio 'perfecto y modélico' para cualquier madre y la gente vio en ellos una pareja ideal. Si acudían alguna presentación o un enlace, cual pareja de novios iban saludando educadamente a todos los presentes, mesa por mesa, como en la boda de Finito de Córdoba y Arantxa del Sol.

Siguiente: Con su cara angelical ilumina a todos los presentes. Pero hubo algo que tornó la sonrisa de la mujer de Enrique Ponce

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