El rey Juan Carlos tiene miedo al destierro. ¡Quién nos iba a decir que íbamos a presenciar lo que estamos viviendo con la Familia Real! Desde el escándalo en de Botsuana aquel 13 de abril de 2012, la imagen del padre de Felipe VI ha ido en picado.
Una vez más, y sin ser machistas ni feministas, se cumplía la premisa de que una persona despechada podía dinamitar cualquier relación y ver como un hombre (tras el despecho), acabara con imputacionesde por medio y con los pies en la cárcel...
2El despecho ha dinamitado relaciones que han acabado en imputaciones, cárcel y destierro

Descuidos, despechos… son las que abren las cajas de Pandora que tanto han cuidado para que no se descubrieran y que por un pequeño desliz se han abierto a la grande, como la de la Casa Real. Hasta aquel año había un hermetismo absoluto en cuanto a lo que sucedía dentro de las puertas de Palacio pero la princesa Corinna Larsen fue antes y un después. Lo curioso es que no fuera la Reina Sofía, víctima colateral de todas las andanzas de su marido, la que hablara nunca. Sin embargo, su mirada triste y su sonrisa forzada lo decía todo. No es de extrañar que siempre dijera el rey Emérito que era “toda una profesional”.
A día de hoy, la griega ha salido indemne en todas las historias que afectan a su marido.
El Rey cazaba elefantes, pero él ha sido herido de muerte, con una muerte de las peores que puede haber, lenta, con una campaña de desprestigio que, de momento ha eclipsado sus 40 años de reinado democrático.
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