La diabetes es una enfermedad crónica que sufre un gran porcentaje de la población y es muy importante saber si la padeces para así recibir el diagnóstico adecuado, así como el tratamiento que mejor se ajuste a tu tipo y necesidades.
Esta enfermedad surge cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza de manera eficaz la que produce. Cuando la diabetes no es controlada puede provocarse hiperglucemia, que es un aumento del azúcar en la sangre.
Si tardas mucho en acudir al médico porque no sepas que padeces diabetes y, por tanto, no estés controlándola, el riesgo de padecer otras enfermedades graves aumenta, como, por ejemplo, sufrir enfermedad renal, cardíaca, ceguera o amputación. Si tienes obesidad o antecedentes familiares con esta enfermedad debes hacerte regularmente análisis de sangre.
Vamos a contarte los síntomas más comunes de esta enfermedad para que puedas detectarlos a tiempo y acudir al médico, para así poder recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados a tu tipo. Ten en cuenta que porque un día tengas más sed y hambre de lo habitual no significa que la padezcas, aunque tienes que prestar atención a si se repiten a lo largo del tiempo.
11TIPOS DE DIABETES
Hay dos tipos de diabetes, la de tipo 1 y la de tipo 2.
La diabetes tipo 1 es una de las enfermedades crónicas infantiles que se da con mayor frecuencia. Tiene lugar cuando el páncreas no fabrica suficiente insulina. No se saben con exactitud las causas que dan lugar a este tipo de diabetes, aunque suele ser la combinación de factores como genéticos, autoinmunidad y el daño ambiental.
Por otro lado, la diabetes tipo 2 es la más frecuente en personas mayores de 40 años, aunque cada vez hay más adolescentes que la padecen. En este tipo, el páncreas produce insulina, pero el cuerpo presenta resistencia a esta. En fases tempranas de la diabetes, la cantidad de insulina producida por el páncreas es normal o alta y, con el paso del tiempo, puede disminuir la producción. Las causas de este tipo suelen tener relación con un factor genético o hereditario y con el estilo de vida, ya que un alto porcentaje de personas que lo padecen tienen obesidad y no llevan una vida muy activa.
