Hay cientos, tal vez miles, de trabajos prescindibles. Esos trabajos que, cuando llegan los momentos difíciles, de vida o muerte, se revelan como trabajos innecesarios. La sociedad podría dejarlos de lado y todo seguiría más o menos igual. No sucede eso con las enfermeras, y lo hemos visto estos últimos meses.
Los profesionales sanitarios, junto a otro puñado de trabajadores, han demostrado ser los verdaderamente indispensables. Pocos trabajos tan duros, y a la vez tan gratificantes, como los suyos. El de enfermera puede ser un trabajo sucio en ocasiones, poco considerado incluso e ingrato muchas veces. Pero absolutamente imprescindible.
7Hay premio
Efectivamente, a las enfermeras las motivaban con primas para rendir más en su trabajo. A aquellas que tuviesen mejores resultados se les permitía tomarse una noche de descanso a la semana para encontrar marido. Los permisos podían llegar incluso a dos noches semanales, si las enfermeras demostraban ser cristianas devotas.