Quién no se acuerda de esos largos viajes a la sierra por la carretera general con 8 ó 9 miembros de la familia montados a tropel unos encima de otros, sobre la caja de cambios, o el asiento de la madre, sin cinturón de seguridad ni nada parecido. O quién no hizo alguna vez el truco de calentar el termómetro en el radiador hasta hacerlo estallar para simular 40 de fiebre y evitar ir al colegio. O esa costumbre insana de quemar las nubes de goma para acentuar su sabor. ¡Ni idea de que eso fuese cancerígeno!
Os invitamos a repasar una lista, a partir de una hecha por los nostálgicos de Yo fui a EGB, que, sin duda, te hará revivir tiempos pasados.
13Tirar bombas fétidas en clase
Puede ser que hoy se hagan cosas peores en las aulas, pero lo de las bombas fétidas era un clásico en las aulas de los ochenta. Y, no sé vosotros, pero la mayoría se las lanzábamos a los pobres profesores más vulnerables.
Ni de casualidad se nos ocurría hacerlo al profesor severo, siempre solía ser al de la maría. Es difícil olvidar ese olor a huevo podrido invadiendo cada rincón de la clase.
