Quién no se acuerda de esos largos viajes a la sierra por la carretera general con 8 ó 9 miembros de la familia montados a tropel unos encima de otros, sobre la caja de cambios, o el asiento de la madre, sin cinturón de seguridad ni nada parecido. O quién no hizo alguna vez el truco de calentar el termómetro en el radiador hasta hacerlo estallar para simular 40 de fiebre y evitar ir al colegio. O esa costumbre insana de quemar las nubes de goma para acentuar su sabor. ¡Ni idea de que eso fuese cancerígeno!
Os invitamos a repasar una lista, a partir de una hecha por los nostálgicos de Yo fui a EGB, que, sin duda, te hará revivir tiempos pasados.
12Hacernos ‘tatoos’ con la punta del compás
Esto es como lo de las grapas. Algunos éramos masocas, o si no, imposible. Nos hacíamos tatuajes con la puntita de ese artilugio inútil que apenas servía para hacer redondelitos en las clases de dibujo técnico. Al menos le sacábamos partido dándole otra utilidad…
