El Congreso rechaza el veto de Vox a la Ley de Cambio Climático

El proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética comenzó este martes su recorrido parlamentario tras rechazar la mayoría del Congreso de los Diputados una enmienda a la totalidad presentada por Vox, que pedía que el texto fuera devuelto al Gobierno y que sumó sólo el respaldo del único diputado de Foro Asturias en la Cámara Baja.

Esa enmienda contó con 53 votos a favor (52 de Vox y uno de Foro) y 294 en contra (del resto de grupos parlamentarios).

La ley prevé que no se vendan coches con emisiones en 2040, blinda las zonas de bajas emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes (unos 150 municipios) como muy tarde en 2023 y fija por primera vez objetivos vinculantes de reducción de emisiones, eficiencia energética y penetración de energías renovables.

El proyecto legislativo forma parte de un paquete de energía y clima con el que el Gobierno pretende que la economía española entierre los combustibles fósiles a largo plazo, puesto que el texto prevé que España alcance la neutralidad de emisiones no más tarde de 2050; es decir, que para entonces las emisiones que se expulsen a la atmósfera sean compensadas con las que ecosistemas como bosques u océanos pueden absorber.

“NO HAY ALARMISMO CLIMÁTICO”

El Pleno del Congreso estrenó esta tarde la tramitación parlamentaria con el debate de totalidad a la ley tras la enmienda registrada por Vox.

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, inició su intervención en defensa de la ley indicando que la “causalidad” hizo que el inicio del recorrido de esta norma comenzara este 14 de julio, día del inicio de la Revolución francesa con la toma de la Bastilla en 1789, momento en que se considera que nació el Estado moderno bajo el lema de ‘libertad, igualdad y fraternidad’.

Para Ribera, la ley climática será “una revolución no cruenta que ha de permitir sentar las bases para la España del siglo XXI que piden los ciudadanos, para la justicia entre generaciones, para actuar con arreglo a la ciencia y favorecer una revolución industrial que nos permita liderar la generación de empleo dentro de los límites ambientales”.

Ribera acusó a Vox de “no escuchar” a los científicos, que vienen alertando del cambio climático desde hace años, y los ciudadanos, tras las manifestaciones en las calles lideradas por los jóvenes, y consideró “sorprendente” que no atiendan al consenso internacional o haga “oídos sordos” a la industria o los sectores primario (agricultura y ganadería) y turístico.

“No hay alarmismo climático ni se trata de una nueva religión, como señala la enmienda. Es pura física y química, alejada de las ideologías y de las religiones”, recalcó, antes de añadir que la “supervivencia nacional no es rechazar esta ley, sino tomarse en serio la amenaza climática”, más en un momento de reconstrucción tras la crisis sanitaria del coronavirus. “La próxima década es clave”, sentenció.

Para Ribera, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética pretende como objetivos dar una “señal clara” para atraer inversores al fijar objetivos de clima y energía en 2030 y 2050, el despliegue de las energías renovables, identificar las principales herramientas para descarbonizar la economía, construir “resiliencia” frente a los impactos del cambio climático, facilitar una “transición justa” a personas y comarcas afectadas, considerar el riesgo climático en la contabilidad nacional y las principales empresas, y mejorar la gobernanza con un comité de expertos.

“PENURIA” Y “EMPOBRECIMIENTO”

Por su parte, Mireia Borrás subió a la tribuna para defender la enmienda a la totalidad de Vox y afirmó que este grupo parlamentario defiende el “verdadero conservacionismo ambiental”, que no está recogido en un texto que calificó de “ideario intervencionista y liberticida” porque transformaría “radicalmente” la economía y el modo de vida de los ciudadanos españoles.

Borrás aseguró que la ley “empobrecerá” a los españoles al “triplicar” los objetivos climáticos de la UE, “transmitiendo la idea de que aquí somos más verdes que nadie”.

Defendió que la energía nuclear “no emite CO2”, su cierre progresivo envía al paro a unas 30.000 personas y encarecerá la electricidad gracias a la “promoción autoritaria de las energías renovables”, que debería competir “libremente” con otras fuentes.

Borrás recalcó que la ley “rompe con la racionalidad científica y el realismo económico condenando a España a la penuria energética y al empobrecimiento”.

La enmienda a la totalidad sólo suscitó el apoyo desde la tribuna de oradores por parte del único diputado de Foro, Isidro Martínez Oblanca, que acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a Ribera de presentar una ley con un “disfraz verde” que supondrá “un cambio radical de la política energética en España”. “Este proyecto de ley es un pasaporte a la pobreza, al paro y a la ruina, y viene precedido del colosal fiasco de la Cumbre del Clima en Madrid”, comentó.

“MÁS SAPIENS Y MENOS ERECTUS”

El resto de los portavoces parlamentarios respaldaron que el proyecto legislativo se tramite en el Congreso con su habitual recorrido con enmiendas y no vuelva al Gobierno.

Helena Caballero, del PSOE, calificó la enmienda negacionista de Vox de “batiburrillo sin fundamento que rompe con la racionalidad científica” y acusó a Vox de anteponer sus “principios ideológicos” con una “estrategia del avestruz” mientras “no ha aprendido nada” de la crisis del coronavirus, cuyo origen presumiblemente es zoonótico, es decir, cuando un virus salta de una especie animal al ser humano.

“Nuestra especie es el Homo sapiens, que significa el que sabe, el que tiene una cultura, el que la puede transmitir, pero un millón de años antes había otro Homo, el erectus, que significa el que se yergue, el que se levanta, de cuadrúpedo a bípedo, era mucho más musculoso y cazador. Señorías de Vox, ¿no les parece a ustedes de que ya va siendo hora de que sean un poquito más sapiens y un poquito menos erectus?”, concluyó.

Diego Gago, del PP, afirmó que “la lucha contra el cambio climático no entiende de ideologías, no es de unos ni de otros, sino que es de todos”, y recordó que el Gobierno de Mariano Rajoy ya elaboró una ley en esta materia en 2018.

Gago reprochó a Vox que “no son tiempos para el negacionismo” y que la ley presentada al Congreso no es “un paquete de medidas catastrofistas”. “Ustedes quieren caminar solos, honestamente creemos que se equivocan”, agregó.

“ACTITUD TERRAPLANISTA”

Juantxo López de Uralde, de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, recriminó a Vox por “envolverse cada día en banderas” mientras “ignoran el mayor daño que puede sufrir un país: el daño a su territorio, que está siendo destruido por el cambio climático”.

López de Uralde indicó que en 1992 hubo una cumbre del clima en Río de Janeiro (Brasil) con la que se inició un proceso para llegar a un acuerdo global contra el calentamiento global, pero la “niebla paralizante del negacionismo” ha frenado este propósito. Y reprochó a Vox por actuar con un “postureo irresponsable que pone en riesgo el futuro de las siguientes generaciones”.

“El reto no es de izquierdas ni de derechas, sino del futuro del planeta que queremos dejar a nuestros hijos”, comentó Joan Capdevila, de ERC, quien consideró “falso” el dilema entre economía y medio ambiente.

“La riqueza nos la provee el medio ambiente y si nos desestabilizamos, la economía se desestabilizará también”, dijo Capdevila, antes de concluir que la Ley de Cambio Climático será “la más trascendente no solamente de esta legislatura, sino también de esta década”.

Por el Grupo Parlamentario Plural intervinieron Néstor Rego, que consideró “sorprendente” que Vox adopte una “actitud terraplanista” al dar cobijo a “teorías negacionistas”; Inés Sabanés, que comentó que los de Santiago Abascal “llegan 10 años tarde a un debate superado”, y Sergi Miquel, quien criticó a la formación ultraderechista por sus “criterios pseudocientíficos”.

María del Carmen Martínez, de Ciudadanos, indicó que la ley necesita “muchas mejoras” que podrán enmendarse en la tramitación parlamentaria y comentó que “Vox escucha más a sus propios prejuicios que a la comunidad científica”.

Idoia Sagastizabal, del PNV, adelantó que su formación tratará de mejorar el texto para preservar competencias autonómicas y Mertxe Aizpurua de EH Bildu, indicó que Vox representa “la quintaesencia del neonegacionismo climático” al presentar una “suerte de malabarismo continuo” en su enmienda a la totalidad de la ley.

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