Las entidades de la discapacidad inciden en la importancia de la cooperación para que la ‘nueva normalidad’ sea inclusiva

Las entidades especializadas en la atención a personas con discapacidad -ONCE, Cocemfe, Plena Inclusión y la Red Iberoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familiares (Riadis)- incidieron este jueves en la importancia de la cooperación para impulsar una ‘nueva normalidad’ que sea “inclusiva” y no discrimine a las personas con discapacidad y para responder a los nuevos desafíos en Europa y América Latina.

Así se puso de manifiesto en el transcurso de un seminario web sobre ‘Cooperación en acción ante la Covid-19’ moderado por la técnica de ONCE Natalia Guala y organizado por Grupo Social ONCE para abordar cómo trabajan estas organizaciones en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad durante la pandemia tanto en España como en Latinoamérica.

En este acto participaron el vicepresidente Ejecutivo de Fundación ONCE y presidente de la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), Alberto Durán; el presidente de Cocemfe, Anxo Queiruga; el presidente de Plena Inclusión, Santiago López, y la presidenta de la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA) y de la Red Iberoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familiares (Riadis), Ana Lucía Arellano.

Durante su intervención, Durán llamó a “poner la discapacidad en la agenda transversal que afecta a todos los países” y defendió que la crisis sanitaria ha generado “retos importantes”, pero también “oportunidades” para “reformular” la estrategia de ayuda a las personas con discapacidad que se han visto más afectadas por la pandemia que la población general.

En este punto subrayó que, a pesar de la merma de sus ingresos por el impacto que ha tenido la crisis, la ONCE está realizando “esfuerzos para asumir esos importantes retos en la cooperación con Latinoamérica” y continuar prestando su apoyo a la región en esta situación “tan complicada que no diferencia entre uno y otro margen del Atlántico”.

Entre los “objetivos claros” de la organización en el marco de esta crisis, mencionó la urgencia de “mitigar” el impacto de la crisis económica, social y sanitaria en las personas ciegas y de baja visión en la región, adaptando sus acciones al contexto de cada país y ciudad en la que colabora y reorientando sus recursos humanos y económicos a las nuevas realidades para “atender realmente las necesidades básicas”.

Junto a ello, entre los desafíos, hizo referencia a la importancia de garantizar la educación a distancia en igualdad de condiciones para estas personas, así como asegurar el mantenimiento del empleo de las personas con discapacidad visual y baja visión, incluidos los autónomos, además de establecer redes de apoyo de emergencia para que las personas ciegas que viven solas o tienen familias a cargo puedan acceder a servicios esenciales.

Entre las múltiples acciones de cooperación puestas en marcha por ONCE en diversas áreas, también se refirió a la creación de un fondo de emergencia para atender demandas específicas surgidas en esta crisis y puntualizó que la organización ya ha prestado colaboración en 11 países al tiempo que mostró la disposición de la ONCE para “canalizar” ayuda de otros socios que no dispongan de los medios necesarios para distribuirla y para lo que pueden “confiar” en ella.

Durán puntualizó que la cooperación que realiza FOAL con las personas ciegas y baja visión es “acompañada” de la presencia y articulación internacional de Grupo Social ONCE a través de diferentes iniciativas internacionales.

“Es muy importante no segregar ni discriminar también en la cooperación y en los programas de acompañamiento para la población que lo necesita”, advirtió, para sentenciar que resulta “necesario hacer cooperación en el mundo de la discapacidad”.

En la misma línea, el presidente de Cocemfe, Anxo Queiruga, instó a estas organizaciones a “ser ágiles” en su trabajo en el ámbito de la cooperación y puntualizó que la entidad está “reorientando” su actividad y ejecutando siete programas para atender a las nuevas necesidades de las personas con discapacidad derivadas de la pandemia.

“No sé cuál será la nueva normalidad, lo que sí sé es que las organizaciones de las personas con discapacidad llevamos 30 años trabajando para alcanzar la antigua normalidad y todavía no la hemos alcanzado”, lamentó, al tiempo que auguró que a partir de ahora se van a dar “un montón de situaciones de exclusión y tenemos que velar para que las personas con discapacidad no nos quedemos descolgadas y atrás”.

Por su parte, el presidente de Plena Inclusión España, Santiago López, valoró el “apoyo imprescindible” de Fundación ONCE” en este tránsito hacia la “normalidad”, al tiempo que defendió que la cooperación forma parte del “ADN” de la organización.

“Nuestra propia misión nos obliga a trabajar por todas y cada una de las personas con discapacidad más allá de nuestras propias entidades y, por supuesto, más allá de nuestras fronteras”. “Estamos obligados a defender a las personas con discapacidad donde haya que hacerlo”, abundó, para destacar que, en los últimos tres años, Plena Inclusión ha desarrollado proyectos con 11 países latinoamericanos y siempre “de manera colaborativa”.

Finalmente, la presidenta de IDA y Riadis, afirmó que el movimiento asociativo mundial “debe agradecer esa colaboración y compromiso ferviente de la ONCE» para «activar esos esfuerzos por que la voz de las personas con discapacidad sea escuchada y ellas sean protagonistas del cambio”.

Al mismo tiempo, valoró los “esfuerzos de hermandad” con FOAL para extender acciones conjuntas en esta región que, a su entender, “se ha quedado atrás” en la implementación de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y de la Agenda 2030, convencida de que, tras la pandemia, «tenemos la oportunidad de capitalizar estos esfuerzos de cooperación mutua para repensar en el rediseño de este mundo”.

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