El movimiento Cermi traslada a la OMS las quiebras más graves de los derechos de las personas con discapacidad en la gestión de la pandemia

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) y la Fundación Cermi Mujeres han trasladado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) las quiebras más graves de los derechos de las personas con discapacidad en España en la gestión de la pandemia desatada por el Covid-19, solicitando de la organización que dicte criterios para que este sector de población sea protegido eficazmente por los Estados en todo el mundo.

En una reunión mantenida hoy, por medios telemáticos, con Alarcos Cieza, responsable del Departamento de Visión, Audición, Rehabilitación y Discapacidad de la OMS, representantes del Cermi y de Fundación Cermi Mujeres han relatado la experiencia española en estas semanas de pandemia en relación con las personas con discapacidad, las carencias, los aprendizajes y las prácticas, algunas positivas, que se han producido.

Estas entidades indican que la ausencia de accesibilidad universal en los mensajes y comunicaciones, la especial y extrema vulnerabilidad de las personas con discapacidad residentes en instituciones colectivas, los necesarios ajustes en los casos de confinamiento generalizado de la población, la prohibición de triajes y selección de pacientes en función características personales a la hora de otorgar o no asistencia sanitaria, la agravación del impacto en el caso de las mujeres y niñas, entre otras más, han sido algunas de las cuestiones puestas en conocimiento de la OMS por el Cermi.

De igual modo, el Cermi ha compartido con la OMS todo el material informativo, la agenda política propositiva y el balance de lo actuado estas semanas en España, a propósito de las personas con discapacidad y la pandemia, para documentar la gestión de grupos críticos en momentos de emergencias de salud sin precedentes.

«La experiencia de las personas con discapacidad en España, al ser unos de los países más duramente castigados por esta crisis de salud, puede ser un factor de orientación y prescripción para la propia OMS y para otros países en los que la pandemia es más tardía, para que incorporen adecuadamente el enfoque inclusivo, evitando errores, omisiones y exclusiones», concluye el comunicado.

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